Rodrigo Díaz Maingon
Philip Grandine, ex pastor de Toronto acusado de homicidio involuntario, fue declarado culpable hoy por haber sedado a su esposa embarazada, que luego se ahogó en la bañera.
Esta es su segunda condena en un caso que tiene más de siete años desarrollándose en la corte.
Grandine había estado en libertad condicional por más de seis años.
Los fiscales alegaron que Grandine drogó a su esposa con lorazepam, medicamento contra la ansiedad mejor conocido como Ativan, para que ella no notara el encuentro que él y una amiga de su esposa con la cual tenía una aventura, tendrían esa noche en su casa.
La Corona explicó que él no impidió que Anna Karissa Grandine se bañara aun sabiendo el estado de incapacidad en que ella se encontraba después de consumir el medicamento.
Anna Grandine tenía 20 semanas de embarazo cuando murió. La autopsia más tarde reveló que tenía lorazepam en la sangre a pesar de que nunca se le había recetado el medicamento.
Los abogados defensores argumentaron que ella misma habría consumido el medicamento, se resbaló en la bañera, se golpeó la cabeza y se ahogó.
Su familia asistió a la corte durante gran parte del juicio, pero no estuvo presente para el veredicto. Terry Browne, Detective de la Policía de Toronto y el encargado de llevar el caso, dijo que compartió la noticia con su madre y su hermana luego del veredicto.
“Ellos están aliviados con el resultado, ha pasado mucho tiempo para ellos. Obviamente no pasa un día sin que no piensen en su hija, su hermana y el niño que estaba por nacer”, expresó Browne luego de que la corte levantara cesión.
Pastor de Toronto fue declarado culpable por el homicidio de su esposa embarazada
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