Rodrigo Díaz M.
Las tan esperadas reformas de la ley de divorcio canadiense se han pospuesto debido a la pandemia del COVID-19.
Las reformas debían entrar en vigor el 1 de julio, pero el ministro de justicia, David Lametti, dice que se han aplazado hasta el 1 de marzo de 2021.
El ministro de justicia explicó que los tribunales de todo el país actualmente sólo están atendiendo asuntos urgentes de derecho de familia durante la pandemia, ya que intentan acatar las restricciones para detener la propagación del virus.
Lametti dijo que, combinado con lo mucho que los gobiernos están enfocados en la crisis de salud, ha hecho imposible tomar los pasos necesarios para implementar las reformas.
El aplazamiento de los cambios se decidió en consulta con los gobiernos provinciales y territoriales, quienes, según Lametti, necesitan tiempo para ajustar sus propias leyes y reglamentos para que sean compatibles con las reformas federales.
Las reformas, que se aplicarán sólo a las parejas legalmente casadas, tienen por objeto hacer más hincapié en los intereses del niño en las decisiones de custodia y por primera vez exigirían a los tribunales que tuvieran en cuenta los casos de violencia familiar.
“Entendemos lo importante que son los cambios en la ley de divorcio para los canadienses afectados por la separación y el divorcio, especialmente para los miembros vulnerables de la familia”, dijo Lametti en un comunicado ayer.
“Estamos trabajando duro con nuestros socios para implementar estos cambios”.
La pandemia del COVID-19 ha resultado en un aumento de casos de abuso domésticos, ya que las escuelas y los lugares de trabajo han sido cerrados y a los canadienses se les recomienda que se aíslen en sus hogares.