Rodrigo Díaz M.
La ONU ha anunciado que se verá forzada a despedir a unos 2.600 empleados de su división humanitaria. Esto representa el 20% de su nómina actual.
Empleados de más de 60 países se verían afectados por estos despidos que las autoridades de la ONU achacan a los “brutales recortes” en la financiación, que habría dejado como resultado un déficit de casi 60 millones de dólares.
Se cree que esta situación se ha originado por las nuevas políticas de Estados Unidos de no invertir en empresas u organizaciones internacionales.
Entre las medidas que ha tomado el presidente Donald Trump, está el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que se encargaba de proveer ayuda humanitaria a países menos favorecidos.
Las organizaciones humanitarias que colaboran con la ONU se han visto muy afectadas por estos recortes, y los grupos locales de ayuda humanitaria son los que ahora tendrán que llenar esta laguna, en alianza con otras organizaciones internacionales.
Ahora la ONU tendrá que reconfigurar las operaciones de su división humanitaria para que se ajusten a sus ahora limitados recursos y se ha prometido reducir la burocracia, lo que significa que empleados en cargos administrativos de alto nivel también se verían afectados por estas modificaciones.
Como consecuencia de esta situación, la ONU ha avisado que reducirá su presencia y sus operaciones en países como Camerún, Colombia, Eritrea, Irak, Libia, Nigeria, Pakistán,Turquía y Zimbabue.
Las decisiones ahora serán locales y se espera que el presupuesto utilizado sería proporcional a una regla del 70/30 entre las oficinas nacionales y regionales, y la sede de la división Humanitaria de la ONU.