Por Raúl A. Pinto
Las expectativas para el crecimiento económico mundial han disminuido para los próximos 12 meses, luego que el Fondo Monetario Internacional cambiara sus pronósticos al respecto. Estas proyecciones pesimistas fueron realizadas en base a los actuales problemas de negociación comercial entre países, los aranceles para importaciones que se han aplicado, por ejemplo, entre Canadá y Estados Unidos, y las dificultades que esto trae a países en vías de desarrollo buscando aumentar sus capitales.
En un reporte hecho público a inicios de esta semana, con motivo de la reunión anual que el FMI y el Banco Mundial realizan en Bali, se han también incluido entre los factores de esta posible caída a los recortes en el presupuesto de la nación por parte de Estados Unidos, y las dificultades entre ajustes gubernamentales para exportación e importación y la alta demanda por productos en todo el mundo.
El economista del FMI, Maurice Obstfeld, dijo en un comunicado que la reducción o eliminación de ciertos estímulos fiscales en Estados Unidos le terminaría pasando la cuenta al país del sur.
“El crecimiento en EEUU por cierto bajará una vez que se inviertan partes de su estímulo fiscal. A pesar del actual impulso de la demanda mundial, hemos rebajado nuestra previsión de crecimiento para este país debido a los aranceles recientemente promulgados, el cual incluye, por ejemplo, represalias comerciales a China,” dijo Obstfeld.
A esto se le suma los no tan optimistas resultados económicos de muchos países de la UE, junto con Japón y Gran Bretaña, y el alza de las tasas de interés en naciones como Argentina, Brasil, Turquía y Sudáfrica.
Esta rebaja, para los meses restantes del 2018 y el 2019 tienen hoy una caída porcentual de un 0.02 por ciento, pasando de un 3,9 a un 3,7%.
CBC News informó que la rebaja refleja también otros factores de menor impacto pero no de menos importancia.
Obstfeld dijo que estas proyecciones no son tan alarmantes, pero es importante tenerlas en consideración.
“Es imposible no admitir que la susceptibilidad a eventos económicos globales ha aumentado en los mercados,”, dijo Obstfeld, recordando hitos como la Gran Recesión del 2008 o el Brexit. Al final agregó que “cualquier tipo de cambio brusco para los mercados en vías de desarrollo supondría una amenaza importante para las economías avanzadas”.