Rodrigo Díaz M.
Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador se reunieron esta semana en un encuentro bilateral virtual, con la inmigración, la pandemia del coronavirus y las cuestiones climáticas en la agenda.
“No hemos sido vecinos perfectos el uno del otro”, reconoció Biden en unas breves palabras al comienzo de su reunión por videoconferencia con el presidente mexicano.
López Obrador llegó a la reunión con su propia lista de prioridades, entre ellas presionar a Biden para que dé a la farmacéutica Pfizer permiso para vender a su país vacunas producidas en Estados Unidos, algo que Canadá también ha solicitado a la Casa Blanca.
“Queremos tener una respuesta sobre una petición que hicimos”, dijo López Obrador a los periodistas en su conferencia de prensa diaria, horas antes de hablar con Biden.
Antes de la reunión, funcionarios de la Casa Blanca reiteraron que Biden seguía centrado en vacunar primero a los ciudadanos estadounidenses antes de dedicar su atención a ayudar a otras naciones.
Tras la reunión, las dos partes emitieron una declaración conjunta en la que se comprometían a una mayor cooperación para hacer frente a la migración, la pandemia de coronavirus y el cambio climático. El gobierno mexicano, en una declaración separada, añadió que las dos partes también acordaron tomar medidas contra el tráfico de migrantes.
A raíz de las últimas interacciones entre ambos mandatarios, se puede prever que las relaciones con Biden serán mucho más complejas y multifacéticas que con Trump.
La principal promesa de campaña del republicano fue la construcción de un “gran y hermoso muro” a lo largo de la frontera sur. Y las conversaciones filtradas mostraban a Trump instigando al predecesor de López Obrador, Enrique Peña Nieto, a no decir públicamente que México nunca pagaría por la construcción del muro en la frontera sur.
Pero López Obrador pareció llegar a un entendimiento con Trump en un solo tema: México detuvo el flujo de migrantes centroamericanos que trataban de llegar a la frontera con Estados Unidos, y Trump pareció hacer la vista gorda ante casi todas las demás facetas de la complicada relación.
No faltaron temas que Trump, en gran medida, pasó por alto o restó importancia a cambio de que México frenara el flujo de indocumentados desde la frontera.
Bajo su mandato, López Obrador ha intentado consolidar la posición de la compañía petrolera nacional y de la empresa nacional de electricidad de México, y ha dado prioridad a las empresas de combustibles fósiles en medio de un impulso mundial para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Al principio de su mandato, el presidente mexicano aplicó una estrategia de lucha contra el narcotráfico que puso fin en gran medida a las detenciones de alto nivel y se centró más en el alivio de la pobreza.
Aun así, Trump se deshizo en elogios hacia López Obrador, llamándolo “amigo” y “gran presidente” en uno de sus últimos discursos presidenciales, un discurso desde la frontera para celebrar los progresos realizados en la construcción del muro.
El esfuerzo por reajustar la relación entre Estados Unidos y México bajo el mandato de Biden se produce en un momento en el que una avalancha de migrantes se ha precipitado hacia la frontera desde su victoria en noviembre.
Biden ha apoyado un proyecto de ley para dar un estatus legal y un camino hacia la ciudadanía a los aproximadamente 11 millones de personas que viven en el país de forma ilegal. Biden también tiene planeado permitir que cientos de miles de personas que llegaron a Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños pequeños permanezcan en el país.
Antes de la reunión, López Obrador propuso un programa de visas de trabajo para inmigrantes para entre 600 mil y 800 mil trabajadores mexicanos y centroamericanos al año, muy parecido al programa Bracero.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que la reinstauración de un programa similar a Bracero requeriría la acción del Congreso.
El programa Bracero original permitía a los mexicanos trabajar temporalmente en Estados Unidos para cubrir la escasez de mano de obra durante la Segunda Guerra Mundial y durante un par de décadas después de la guerra.
López Obrador aseguró que su nueva propuesta sería un programa no sólo para los trabajadores agrícolas sino para otros sectores y profesionales.