La farmacéutica europea ha decidido abortar temporalmente el ensayo de la vacuna, pues esta habria causada por lo que clasifican como “enfermedad inexplicable”.
Rodrigo Díaz M.
Un estudio que prueba una posible vacuna contra el COVID-19, desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, ha sido pausado por haber desencadenado una “enfermedad potencialmente inexplicable” en el Reino Unido, según informes de los medios de comunicación locales.
La Universidad de Oxford se ha asociado con AstraZeneca, una multinacional farmacéutica y biofarmacéutica británico-sueca, para producir 2 billones de dosis de la vacuna.
En una declaración enviada por correo electrónico a Stat News, CNN y CNBC, un portavoz de AstraZeneca dijo que el “proceso de revisión estándar de la compañía desencadenó una pausa en la vacunación para permitir la revisión de los datos de seguridad”.
“Esta es una acción rutinaria que tiene que ocurrir siempre que haya una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos, mientras se investiga, asegurando que mantenemos la integridad de los ensayos”, dice la declaración.
La compañía declaró que está “trabajando para acelerar la revisión del evento único” para “minimizar cualquier impacto potencial en la línea de tiempo”.
Es probable que la inexplicable enfermedad fuera lo suficientemente grave como para requerir hospitalización y no un efecto secundario leve como fiebre o dolor muscular, dijo Deborah Fuller, una investigadora de la Universidad de Washington que está trabajando en una vacuna diferente de COVID-19 que aún no ha comenzado a ser probada en humanos.
“Esto no es algo de lo que alarmarse”, dijo Fuller. En cambio, es tranquilizador que la compañía esté haciendo una pausa en el estudio para averiguar lo que está sucediendo y monitoreando cuidadosamente la salud de los participantes del estudio”.
La vacuna de la Universidad de Oxford es una de las muchas que se están probando para determinar si son seguras y eficaces para tratar el nuevo coronavirus.
El martes pasado, nueve de los principales desarrolladores de vacunas de los Estados Unidos y Europa se comprometieron a mantener los estándares científicos de seguridad y eficacia de sus vacunas experimentales a pesar de la urgencia de contener la pandemia.
Las compañías, incluyendo AstraZeneca, Pfizer Inc. y GlaxoSmithKline, emitieron lo que llamaron un “compromiso histórico” después de un aumento en la preocupación de que los estándares de seguridad pudieran resbalar ante la presión política de sacar rápidamente una vacuna.