Por Oscar Vigil
TORONTO. El profesor Tomoya Obokata es relator especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de esclavitud y profesor de derecho internacional de los derechos humanos en la Universidad de York en Gran Bretaña. Y el informe final publicado recientemente consolida las impresiones iniciales del profesor Obokata, que expresó por primera vez el año pasado después de visitar Ottawa, Moncton, Montreal, Toronto y Vancouver en una gira de investigación.
“El relator especial mantiene la opinión de que el programa de trabajadores extranjeros temporales sirve como caldo de cultivo para las formas contemporáneas de esclavitud, ya que institucionaliza asimetrías de poder que favorecen a los empleadores e impiden a los trabajadores ejercer sus derechos”, afirma el informe final, que está fechado el 22 de julio y se publicó recientemente en línea.
Los programas federales que permiten a las empresas canadienses traer mano de obra extranjera de manera temporal existen desde hace décadas en diversas formas, y durante ese tiempo se han producido numerosas oleadas de reformas a las normas. Históricamente, se ha utilizado principalmente en el sector agrícola para cubrir picos estacionales de demanda de mano de obra.
El programa se enfrenta ahora a un nuevo escrutinio por el pronunciado aumento de una corriente separada del programa centrada en los trabajadores de bajos salarios, que los empleadores están utilizando para cubrir puestos como los de dependientes de los mostradores de comida rápida.
El ministro de Empleo, Randy Boissonnault, se reunió con líderes empresariales la semana pasada y anunció planes federales para reducir el uso del programa de bajos salarios, incluso mediante la aplicación de una “supervisión más estricta y rigurosa”. También dijo que Ottawa está considerando cambios en las normas que impedirían a los empleadores de ciertas áreas e industrias utilizar el programa.
El programa está pensado para ser una opción de último recurso cuando un empleador no puede encontrar trabajadores locales, pero los expertos se preguntan por qué el programa ha crecido durante un período de aumento del desempleo.
Durante el primer trimestre de 2024, los empleadores recibieron la aprobación del gobierno para contratar a 28,730 personas a través de la corriente de bajos salarios del programa de trabajadores extranjeros temporales, un aumento del 25 por ciento respecto del año anterior, según cifras de Empleo y Desarrollo Social de Canadá. Fue la cifra trimestral más alta de aprobaciones de este tipo en los registros gubernamentales que datan de 2016.
Se permitió que la corriente de bajos salarios creciera después del pico de la pandemia de COVID-19 en respuesta a los llamados de los grupos empresariales que decían que tales medidas eran urgentemente necesarias para ayudar a los dueños de empresas que luchaban contra la escasez aguda de mano de obra.
La sección del informe de la ONU sobre el programa destaca una crítica de larga data, que es que el estatus migratorio de un trabajador depende de un permiso de trabajo cerrado y específico del empleador.
“Dadas las desigualdades estructurales entre los trabajadores extranjeros temporales y los empleadores y su acceso insuficiente a la justicia y los recursos, los trabajadores experimentan una amplia gama de abusos”, afirma el informe.