Por Alexander Terrazas
Bajo un cielo encapotado y con una fría brisa que soplaba el viento la mañana del sábado 18 de agosto, cientos de fieles católicos pertenecientes a 14 parroquias de la Arquidiócesis de Toronto, participaron de la gran peregrinación hispana al Santuario de ‘Nuestra Señora de la Gracia’ en MaryLake.
Movidos por la fe y devoción, a pie, en vehículos y en caravana de autobuses, llegaron comunidades de oración, ministerios de música, grupos de jóvenes, familias enteras, parejas de esposos, adultos mayores, niños y sacerdotes. La mayoría de los peregrinos, eran miembros de las diferentes parroquias donde al menos se celebra una misa en español, entre ellas San Felipe Neri, San Agustín de Canterbury, San Juan Bautista, San Pablo Apóstol, Santos Mártires de Japón, Santa María, San Judas Tadeo, Santa Catalina de Siena, San Juan Diego, Santo Tomás de Aquino, Nuestra Señora de Guadalupe, San Antonio, Santiago y Santo Tomás Moro.
Las actividades de la jornada sabatina, que fueron coordinadas por la comunidad carismática católica de la parroquia Santa Catalina de Siena, comenzaron cerca de las 9 de la mañana con las confesiones a los pies del Santuario. Sentados en una silla al aire libre los sacerdotes confesaron a los fieles que hacían largas filas para cumplir con este sacramento. Mientras continuaban las confesiones, en la parte posterior del Santuario, las personas se congregaron en una procesión para rezar el Santo Rosario por el ‘Camino del Rosario’, de casi dos kilómetros.
Después de la romería, todos los fieles se concentraron en el frontis del templo para escuchar la charla sobre la ‘Transmisión de la fe y vocación de la familia’, dictada por Monseñor Ricardo Ramírez, que llegó desde la Diócesis de las Cruces Nuevo México, como invitado especial para el evento. La prédica comenzó con una bendición a los más pequeños y con un fuerte llamado a todos a vivir su vocación a la que han sido llamados, porque, según dijo, ‘hay un solo Dios, un solo bautizo, un solo espíritu y una sola fe. “Todo lo bueno viene de Dios, que es nuestro padre y, Jesucristo, que es nuestro salvador que vive en la familia. La Iglesia es un hospital de campo y cada año venimos a esta peregrinación a ser sanados”, expresó Monseñor Ramírez.
El Obispo Emérito también habló de la importancia de la familia en la vida cristiana, llamó a los matrimonios a ser ejemplos en la sociedad y exhortó a todos los fieles a transmitir la fe católica a sus hijos desde pequeños en el lenguaje materno, que es el español. Dijo que el papá de familia debe amar a su esposa e hijos de la misma manera como Dios Padre ama a todos los que creen en Él.
Luego de la edificadora charla, Monseñor Ricardo Ramírez, presidió la Santa Misa que fue concelebrada por los 14 sacerdotes de las diferentes parroquias. En el sermón, Ramírez exhortó a los fieles a ser obedientes como la Virgen María obedeció al llamado de Dios, para ser la madre de Jesús. Después de la santa Eucaristía, los peregrinos se acomodaron en los asientos instalados debajo de los árboles para servirse un almuerzo, que cada fiel preparó para compartir. La jornada de la gran peregrinación hispana, finalizó por la tarde con himnos y alabanzas, con la hora santa y la adoración de la eucaristía.
“Desde hace 15 años se realiza la peregrinación hispana, a invitación de la Arquidiócesis de Toronto y del Consejo Diocesano de Sacerdotes. Es un encuentro mariano, para tener un encuentro personal con Dios y con la virgen María”, expresó al final del evento, el Padre Ricardo Quiñones, coordinador del coordinador del Consejo de Sacerdotes Hispanos.
Testimonios de fe:
Tres devotas de la Virgen llegan caminando hasta el Santuario de MaryLake
Entre los cientos de fieles, tres devotas de Nuestra Señora de la Gracia con rosario en mano y cargando una pequeña imagen de la virgen María entre sus brazos, llegaron caminando, hasta el Santuario de MaryLake. La proeza de estas mujeres de fe sucedió el sábado 18 de agosto, durante la gran peregrinación hispana, desde Toronto a King City.
Movidas por su devoción a María, Santa Montan, Zaida Palacios y Piedad Minchala, tuvieron el valor de caminar 32 kilómetros en 4 horas y media, para cumplir su promesa. Ellas, no solo tienen en común su fe por la Virgen, sino que también dos de ellas se congregan en la misma comunidad carismática católica de San Felipe Neri.
Su caminata comenzó, a las 4:30 de la mañana del sábado, desde la ciudad de Toronto y, después de caminar durante otras cuatro horas y media, arribaron a pie hasta el Santuario de Nuestra Señora de la Gracia con el rostro cansado y los pies ampollados.
“Yo vengo por mi grupo de oración, San Felipe Neri, y por todos sus miembros”, dijo Santa. “Yo vengo por la curación de mi familia y de todos los enfermos”, agregó Piedad. “Y, Yo vengo por la conversión de mi familia”, sostuvo Zaida. Lo cierto es que a todas ellas la movió su fe por tener un encuentro personal con Dios y con la Virgen María.