Rodrigo Díaz M.
Ejecutivos de la Unión Europea propondrán la próxima semana que los nuevos certificados del COVID-19 combinen información sobre la vacunación, la recuperación de la enfermedad y los resultados de las pruebas para evitar la discriminación entre los ciudadanos.
Los países del sur de la UE que dependen del turismo esperan que estos nuevos certificados ayuden a desbloquear su temporada de verano este año, pero se han topado con la oposición de Alemania, Francia y Bélgica, que subrayan que la inoculación no es obligatoria ni está al alcance de todos.
“La vacunación contra el COVID-19 no es de carácter obligatorio, por lo que es posible negarse a ser vacunado y no tenemos por el momento la capacidad de organizar la vacunación para todas las personas que quieran vacunarse”, dijo el comisario europeo de justicia, Didier Reynders. “No queremos que haya discriminación”.
La lentitud de la UE en el despliegue de las vacunas COVID-19 ha sido ampliamente criticada, ya que hasta ahora sólo se ha vacunado a un 5% de la población y se considera que el objetivo de inocular al 70% de su población adulta para finales del verano está cada vez más en duda.
Pero, deseosos de reanimar el crecimiento económico, que se ha visto afectado por la pandemia, los 27 líderes nacionales del bloque europeo acordaron el mes pasado preparar normas conjuntas para los nuevos certificados de vacunación del COVID-19 antes del verano.
Sin embargo, todavía tienen que ponerse de acuerdo sobre cómo utilizarlos exactamente y qué derechos de viaje tendrían.