Rodrigo Díaz M.
Investigadores del programa de Alimentos, Nutrición y Salud de la Universidad de British Columbia observaron qué alimentos comían los niños en la escuela y durante el día escolar en 2004 y 2015.
Los datos representativos a nivel nacional provienen de más de 7 mil estudiantes de entre 6 y 17 años o de sus padres que llenaron encuestas detalladas sobre la dieta de sus hijos e hijas durante un día.
Claire Tugault-Lafleur, becaria de investigación posdoctoral, y su equipo calificaron las dietas para el día escolar (de 9 AM a 2 PM) en una escala de 100 puntos en la escala de la calidad nutricional.
Las puntuaciones medias de nutrición de los niños durante la escuela mejoraron 13% en comparación con una década antes, de 51.3 puntos a 58.0 puntos sobre 100, señalaron los investigadores en la edición del lunes de la revista Public Health Nutrition.
“Queríamos ver si la brecha entre los niños mayores y los más pequeños ha mejorado o disminuido con el tiempo”, dijo. “Básicamente, todos mejoraron un poco. Los niños más pequeños continuaron comiendo más nutritivamente que los adolescentes”, expresó Tugault-Lafleur.
Los médicos nutricionistas explicaron que los adolescentes tienden a comer más comida chatarra luego de terminado el día escolar (después de las 2 PM), mientras que los niños más pequeños comen lo que han traído a la escuela.
En 2015, los niños de hogares con inseguridad alimentaria (donde las familias carecen de dinero para comprar los alimentos básicos) tenían puntuaciones más bajas en la calidad de la dieta en comparación con los hogares que tenían seguridad alimentaria. Pero ese no era el caso en 2004, y es una señal preocupante.
“Definitivamente es un motivo de preocupación”, dijo Tugault-Lafleur. Ahí es donde entra en juego un programa universal, nacional y de costos compartidos de alimentación escolar saludable.
Canadá es el único país del G7 que carece de un programa nacional de alimentación escolar.