Rodrigo Díaz M.
Los más recientes datos gubernamentales, citados en un nuevo informe de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), indican que el consumo mundial de vino cayó en 2024 a su nivel más bajo en más de 60 años.
En materia económica, las ventas del 2024 cayeron un 3,3% con respecto a las del año 2023, hasta los 214,2 millones de hectolitros. Se trata de la cifra de ventas más baja desde 1961, cuando se vendieron 213,6 millones de hectolitros.
La producción de vino también se encuentra en su nivel más bajo en más de 60 años, tras caer un 4,8% en el 2024 hasta los 225,8 millones de hectolitros.
Según el informe la industria del vino se ha visto afectada por varios factores al mismo tiempo. Las preocupaciones por los efectos en la salud del alcohol han reducido el consumo en muchos países, mientras que los factores económicos, como el elevado costo de la vida, han agravado los problemas.
De acuerdo con el informe de la OIV, el consumidor paga ahora alrededor de un 30% más por una botella que en el 2019 o el 2020 y que el consumo total ha caído un 12% desde entonces.
Estados Unidos, el principal mercado mundial del vino, registró una caída del consumo del 5,8%, hasta los 33,3 millones de hectolitros. Se espera que esto empeore con los aranceles estadounidenses.
Por otro lado, las ventas de vino en China siguen por debajo de los niveles registrado antes de la pandemia del COVID-19, a pesar del repunte registrado luego de la pandemia.
En el mercado europeo, que representa casi la mitad de las ventas mundiales, registró una caída del consumo del 2,8% el año pasado. Incluso en Francia, uno de los principales productores mundiales, el consumo de vino se redujo un 3,6% el año pasado. España y Portugal fueron la excepción, pues fueron algunos de los pocos mercados en los que aumentó el consumo de vino.