Su equipo de transición insistió hoy en que hay pruebas de fraude electoral después de que el domingo el magnate volviera a romper todos los cánones con una batería de mensajes en Twitter en los que denunciaba que “millones de personas votaron ilegalmente” en las elecciones del 8 de noviembre.
La reacción de Trump, insólita en un presidente electo, respondía al anuncio de la campaña de la demócrata Hillary Clinton de que se sumaría al recuento de votos impulsado por el Partido Verde en Wisconsin y Pensilvania, y al que se añadirá Michigan antes del miércoles.
El portavoz de su equipo de transición, Jason Miller, consideró hoy en una llamada con periodistas que “es ridículo” que los medios “den tanto oxígeno” a un recuento “en el que no hay ninguna oportunidad de alterar el resultado electoral”.
“Es importante también que, si se va a dedicar tanto tiempo y atención a asuntos de recuento, que se hable de otras preocupaciones respecto al voto”, indicó, en referencia a “las evidencias en los últimos años de fraude electoral y de inmigrantes irregulares que votan”.
El portavoz abundó así en las denuncias, sin pruebas, que aireó el domingo Trump sobre que “millones de personas votaron ilegalmente” en los últimos comicios y que hubo un “serio fraude electoral” en Virginia, Nuevo Hampshire y California, estados donde ganó la demócrata Hillary Clinton.
“¿Por qué no están los medios informando sobre esto? Serio sesgo-gran problema”, se quejó el domingo Trump en su cuenta de Twitter.
Hoy su portavoz volvió a la carga con que los medios están en su contra, como el magnate y su equipo repitieron a lo largo de toda la campaña.
“Uno de los puntos claves creo es que hay una responsabilidad de los periodistas en prestar un apropiado nivel de atención a algunas de estas preocupaciones, en oposición a simplemente seguir el objeto dorado del recuento pedido por Jill Stein, que solo es una manera para Stein y el partido Verde de hacer dinero”, apuntó Miller.
La Casa Blanca dijo hoy que no hay pruebas que sustenten el supuesto “fraude electoral” que denuncia Trump.
“Creo que lo que puedo decir es un hecho objetivo, que no ha habido ninguna prueba que sostenga una afirmación como esa”, indicó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria.
Preguntado por las reclamaciones de Trump, el portavoz remitió al equipo del presidente electo para comentarios sobre los mensajes de Twitter con los que este volvió a cuestionar el sistema electoral estadounidense el domingo.
“Para una reacción o explicación, los referiría al equipo del presidente electo”, zanjó Earnest.
El Partido Verde solicitó hoy un recuento de los votos de las elecciones presidenciales en Pensilvania cuando se cumplía el plazo para pedirlo, debido a dudas surgidas sobre los centro de votación con urnas electrónicas.
Pese a que no hay evidencias de fraude, la candidata presidencial del Partido Verde, Jill Stein, pidió el recuento ante el juez estatal y en más de un centenar de distritos electorales en todo el estado, de modo similar a como hizo la semana pasada en el estado de Wisconsin.
Además de en Pensilvania y Wisconsin, los Verdes han prometido solicitar un recuento en Michigan antes de que el miércoles finalice el plazo para hacerlo.
Estos tres estados fueron clave para la victoria de Trump, pese a que las encuestas pronosticaban el triunfo de Clinton en todos ellos.
Los Verdes aseguran que, pese a la falta de pruebas de fraude o pirateo, quieren garantizar la “integridad” del sistema electoral y despejar las dudas en algunas de las máquinas de votación electrónica empleadas.
Trump azuza el fantasma del fraude electoral para quitar el foco del recuento
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