Chile y Perú recibirán a mediados de enero de 2018 al sumo pontífice, quien ya visitó la región en varias oportunidades: Brasil, en julio de 2013; Ecuador, Bolivia y Paraguay, en julio de 2015, y Cuba, en septiembre de ese mismo año; y México, en febrero de 2016.
Antes de su viaje a Perú y Chile, Francisco también visitará Colombia, en septiembre próximo. Pero, ¿y Argentina cuándo?
Una pregunta recurrente, que alimenta y retroalimenta comentarios en la prensa argentina, más basados en especulaciones e intereses políticos que en información fidedigna.
Desde que Jorge Mario Bergoglio dejó su Buenos Aires querido a finales de febrero de 2013 para participar en Roma del cónclave en el que sería elegido como sucesor de Benedicto XVI, una supuesta “certeza”, cuya fuente y fundamentos se volvieron irrasteables, se instaló en la opinión pública de Argentina: Bergoglio no volverá en un año electoral.
Esto es en años impares y 2017 es uno de ellos. Así que las expectativas apuntan a 2018 y la reciente noticia del viaje a Chile y Perú disparó, por defecto, análisis sobre la supuesta reticencia del papa a regresar a la tierra que lo vio nacer hace 80 años.
“Teorías” varias: que el Papa está molesto con la división del peronismo, que no quiere a la expresidenta y precandidata a senadora Cristina Fernández, que tampoco tiene buena relación con ciertos sectores del Gobierno de Mauricio Macri, que está ofendido porque no lo invitan formalmente…
Hipótesis más cercanas a la “rumorología”, una práctica rayana al “terrorismo de los chismes” que tantas veces el propio Francisco ha denunciado.
“La noticia no es que el papa no vaya a Argentina. La noticia es que el papa va a Chile y a Perú. En ningún momento el papa dijo ‘no voy a la Argentina’. El año pasado sí que dijo que no podía venir. Este año no dijo ‘no voy a Argentina'”, señaló a Efe Alicia Barrios, periodista argentina acreditada ante la Santa Sede y amiga de Bergoglio hace dos décadas.
Para la autora del libro “Mi amigo el padre Jorge”, en Argentina hay una “visión irreal” que pierde el foco del alcance universal de Francisco como pastor de la Iglesia y como jefe de Estado.
“Él tiene un sentimiento muy profundo con Argentina, ama este país. Su lugar en el mundo es Buenos Aires, pero de ahí a que esté pendiente de Argentina, de si tiene que venir o no y cuándo, es otra cosa. El papa es argentino, pero no es de los argentinos”, aseveró Barrios, que conduce en Buenos Aires el programa radial “La bergogliana”.
Para Gustavo Vera, también amigo de Bergoglio, titular de la organización social La Alameda y legislador en Buenos Aires, el problema es que “aquí todo se lee en clave ‘ombligo argentino'”.
Según Vera, “los deseos de venir los tiene siempre, pero Francisco no viaja por viajar” y siempre resuelve qué destino visitar en base a un objetivo, además del pastoral, que es el “de tender puentes, como un buen pontífice”.
“A mí Francisco me dijo a fines del año pasado que él va a venir a Argentina cuando perciba que es un factor de unidad, cuando sienta que su visita va a tener como fin tender un puente entre todos los argentinos”, dijo Vera, que cree en el actual contexto argentino, de tanta división, la visita del papa sería utilizada políticamente.
Y es que los análisis en Argentina sobre la visita o no del papa al país casi en forma excluyente se reducen a lo político, pasando por alto otras razones de peso, como las personales y las pastorales.
Barrios considera que es “bochornoso” que “todos los días hay una noticia mentirosa distinta” relativa a Francisco y su incidencia en Argentina y que los medios se presten a “lobbies” que pretenden “manipular” a su favor la figura del sumo pontífice.
“De ninguna manera el papa es alguien que esté metido en la política de Argentina ni le interesa eso. Él es el jefe de Estado del Vaticano y es una de las personas más poderosas del mundo”, señaló.
Sea cual fuese la razón por la que de momento Francisco no parece que fuera a regresar en el corto plazo a su terruño, lo que sí es cierto es que los católicos de su país y muchos otros anhelan su visita.
Y así lo dejó expresado la Conferencia Episcopal Argentina en una carta que le envió el pasado martes a Francisco, con motivo de los 25 años de ordenación episcopal de Bergoglio: “Como argentinos siempre aguardamos su visita”.
El papa vuelve a Latinoamérica pero no a Argentina y se preguntan por qué
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