Por Raúl A. Pinto
El pasado domingo 22 de Julio, cerca de las 10 de la noche, Faisal Hussain, residente de la ciudad de Toronto, caminó por Danforth Av, desde la intersección con Logan Av hasta dos cuadras mas abajo, en la esquina de esta avenida con Bowden St. En una caminata que es posible realizar en 4 minutos, de acuerdo a google maps, o en 2 minutos si se toma el bus numero 300 del TTC, Faisal no se detuvo a tomar un helado en el popular Demetre’s, o intentó pedir una mesa en el 7Number’s para comer algo antes de ir a dormir. No. En vez de eso, Faisal llevaba un arma -cuyos detalles aún se mantienen en discreción por la policía- y la usó para disparar de manera absolutamente aleatoria a 14 personas, hiriendo de muerte a dos de ellas.
En un incidente que aún resulta confuso para la población, no sólo por los hechos sino por el dolor causado, Faisal atacó directo en el corazón del denominado “barrio griego” (Greektown) de Toronto.
Un testigo, Jaspal Singh, comentó a los medios que se encontró cara a cara con Hussain, quien lo miró con el arma en la mano y le dije “no te preocupes, no te voy a disparar a ti”.
Una de las que sí fue, lamentablemente, herida de muerte fue Reese Fallon, de tan sólo 18 años. Reese quería ser enfermera, y especializar su trabajo en personas con problemas de salud mental. Ya había sido aceptada en la Universidad McMastern, y sus clases, como las de todos, comenzaban en septiembre. Algunos de los comensales que la vieron perder la vida, dijeron a Global News que la sostuvieron mientras respiraba con dificultad, diciéndole que no estaba sola.
Otra menor de edad no identificada, de tan sólo 10 años, también fue abatida por las balas.
Hubo una tercera víctima, quizá la primera de todos ellos: Faisal mismo. El joven de 29 años no poseía antecedentes penales, no estaba en ninguna lista de riesgo del RCMP o fue considerado nunca un peligro para la sociedad. De hecho el propio Ministro de Seguridad Pública Ralph Goodale fue enfático en señalar que el atacante no tenía ningún tipo de conexión con problemas de seguridad nacional.
Faisal sí pertenecía a un tristemente selecto grupo: sufría de serios problemas de salud mental, desde el año 2010. Su familia emitió un comunicado de prensa dando las condolencias a las personas afectadas, y expresando el profundo dolor que esta situación les causaba.
Hussein murió en Bowden St, a menos de un kilómetro de Danforth y Broadview, muy cerca de locales hispanos como Tapas at Embrujo y Mambo Lounge, y también centros latinos como la Iglesia Evangélica Hispana. No existe una idea clara aún de si el perpetrador fue abatido por la policía o se quitó la vida.
Por supuesto, desde el Primer Ministro de Canadá hasta celebridades de todo el mundo hicieron llegar a través de las redes sociales su apoyo y amor al Greektown. Muchos de los dueños de locales comerciales abrieron sus puertas dos días después del ataque, y decían que no han parado de recibir llamadas pidiéndoles reservaciones para comer en sus restaurantes y cafés. El público de toda la ciudad llegó en hordas a entregar sus condolencias a los memoriales improvisados en la plazoleta Alexander the Great Parkette. “No tenemos miedo” se ha vuelto una frase popular en el área.
El Jefe de la Policía de Toronto Mark Saunders hizo un llamado que aún continúa a entregar toda la información que se tenga respecto a esta situación. Para quienes fueron testigos del tiroteo o poseen cualquier información al respecto, se ha habilitado el número teléfonico 416-808-7066. También se puede llamar de manera anónima al 1-800-222-8477, o ingresar en la página web 222Tips.com