Por Raúl A. Pinto
El conflicto que hoy escala hasta la oficina del Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau sobre la expansión del oleoducto Trans Mountain, que cruza las provincias de Alberta y British Columbia, no ha podido ser calmado aún, a pesar de la “cumbre” que el líder llevó a cabo el pasado fin de semana.
No sólo críticas por parte de todas las coaliciones opositoras al gobierno Liberal se han hecho sentir en los medios de comunicación, sino por parte de personeros provinciales que siempre dieron su apoyo al partido y al gobierno actual. Al día siguiente tras la reunión convocada por el mandatario, su gobierno fue criticado por ambos lados del espectro político, y mientras los más acérrimos oponentes de este oleoducto se mantienen firmes en British Columbia, la provincia de Alberta introdujo un proyecto de ley que amenazaría seriamente la venta de petróleo y gas natural a sus vecinos.
Tanto el gobierno federal como el de Alberta han prometido a la multinacional a cargo de los oleoductos, la estadounidense Kinder Morgan, que entregarán ayuda financiera para que el proyecto se realice.
La premier Rachel Notley dijo que este anuncio, además de las regulaciones para exportar petróleo a B.C., “no son un castigo” para esa provincia, que desde 1953 obtiene la mayor cantidad de sus recursos energéticos a través, precisamente, del denominado oleoducto Trans Mountain.
“El proyecto de ley que hemos enviado tiene un mensaje claro. Vamos a usar todas las herramientas que tengamos a nuestra disposición para defender nuestra provincia y nuestros recursos. Este proyecto no tiene como objetivo castigar a BC”, dijo Notley.
El Gran Jefe del Concejo de Jefes Indios de British Columbia, Stewart Phillips acusó al Primer Ministro de no cumplir sus promesas de campaña de acercar el gobierno a las Primeras Naciones al aprobar la expansión del oleoducto “sin el consentimiento de todas las comunidades afectadas”. “Los tribunales de Canadá han dictaminado claramente que la consulta realizada no es suficiente para aprobar proyectos de recursos en territorio indígena. El hecho que el gobierno haya repetido una y otra vez que construirá el oleoducto nos ha movido aún más a detenerlo. Si las amenazas de construcción continúan, la oposición se atrincherará aún más. Nuestra respuesta a la tubería Kinder Morgan Trans Mountain sigue siendo no, y nunca se construirá “, dijo Phillips. Por su parte el Ministro de Recursos Naturales, Jim Carr, replicó a estas declaraciones, comentando que el gobierno realizó “consultas sin precedentes” antes de la aprobación de este proyecto hace un año y medio, contando con las firmas de 44 comunidades indígenas, de las cuales 33 son de B.C.
La polémica por la construcción de este oleoducto hizo que el Primer Ministro Trudeau interrumpiese un viaje al exterior para discutir los problemas del oleoducto con los ministros de B.C. y Alberta, ambos líderes del Nuevo Partido Demócrata. Por su parte la compañía Kinder Morgan, suspendió el llamado gasto “no esencial” en la construcción del gasoducto, y dijo que abandonaría el proyecto si no hay consenso de aquí hasta el 31 de mayo.