Rodrigo Díaz M.
Un tribunal ruso ha impuesto a Google una multa de dos undeciliones de rublos (un dos seguido de 36 ceros) por restringir en YouTube los canales de los medios de comunicación estatales rusos.
En dólares, eso significa que el gigante tecnológico ha sido condenado a pagar 20 decillones de dólares, si decillones.
A pesar de ser una de las empresas más ricas del mundo, esa cifra es considerablemente superior a los dos trillones de dólares que vale Google.
De hecho, es mucho mayor que el PIB total del mundo, que el Fondo Monetario Internacional estima en 110 trillones de dólares.
La multa ha alcanzado un nivel tan irreal porque, como ha destacado la agencia estatal de noticias Tass, esta aumenta cada segundo. Según Tass, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, admitió que “ni siquiera puede pronunciar esta cifra”, pero instó “a la dirección de Google a prestar atención”.
El medio ruso RBC informa que la multa a Google está relacionada con la restricción del contenido de 17 canales de medios rusos en YouTube.
Aunque esto comenzó en el 2020, se intensificó tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia dos años después. Eso vio a la mayoría de las empresas occidentales retirarse de Rusia, con hacer negocios allí también fuertemente restringido por las sanciones.
Los medios de comunicación rusos también fueron prohibidos en Europa, lo que provocó medidas de represalia por parte de Moscú.
En el 2022, la filial local de Google fue declarada en quiebra y la empresa ha dejado de ofrecer sus servicios comerciales en Rusia. Sin embargo, sus productos no están completamente prohibidos en el país.
Esta evolución es la última escalada entre Rusia y el gigante tecnológico estadounidense.
En mayo del 2021, el regulador ruso de los medios de comunicación, Roskomnadzor, acusó a Google de restringir el acceso a YouTube a los medios rusos, incluidos RT y Sputnik, y de apoyar “actividades ilegales de protesta»”.
Más tarde, en julio del 2022, Rusia multó a Google con 21.1 billones de rublos (unos 400 millones de dólares) por no restringir el acceso a lo que denominó material “prohibido” sobre la guerra de Ucrania y otros contenidos.
La libertad de prensa en Rusia es prácticamente inexistente, y los medios de comunicación independientes y la libertad de expresión están gravemente restringidos.