Si los aliados tratan de quebrantar dicha soberanía “los ataques ultraprecisos” de las tropas norcoreanas “se realizarán sin piedad en tierra, aire, y mar”, se advirtió en un comunicado publicado por la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA.
La nota avisa a Seúl y Washington, que estos días llevan a cabo sus maniobras anuales Foal eagle y Key resolve, de que los “portaaviones de propulsión nuclear y el resto de activos estratégicos de los imperialistas estadounidenses están al alcance de los ataques ultraprecisos del Ejército Popular de Corea”.
El texto del régimen de Pyongyang llega un día después de que los aliados iniciaran sus ejercicios de combate simulado Key resolve, que durarán dos semanas hasta el próximo 24 de marzo, y de que comenzaran a ejecutar también el pasado 1 de marzo Foal eagle, maniobras que concluirán a finales de abril.
El despliegue de activos militares este año para estos ejercicios es el mayor hasta la fecha, ya que Washington ha incluido sus cazas F-35B o el portaaviones nuclear Carl Vinson (que está previsto que llegue mañana a la península de Corea), después de que el régimen Juche realizara en 2016 un número récord de test nucleares y de misiles.
Pyongyang, que denuncia periódicamente la naturaleza no defensiva de estas maniobras, ya lanzó el pasado 6 de marzo, a modo de primera réplica tras el inicio de Foal eagle, cuatro misiles balísticos de medio alcance que cayeron en aguas japonesas.
Al clima de especial tensión que vive la península de Corea también se suma la instalación, que comenzó la semana pasada, en suelo surcoreano del escudo antimisiles THAAD.
Este sistema estadounidense para derribar proyectiles norcoreanos que amenacen con caer en Corea del Sur ha desatado el rechazo del régimen de Kim Jong-un y también de China, que considera que interfiere en sus sistemas de defensa.
Esta situación de tensión coincide, además, con la crisis política en Corea del Sur a raíz del caso “Rasputina”, que ha supuesto la destitución de la presidenta Park Geun-hye, y el asesinato en Malasia del hermano del líder norcoreano, del que Seúl acusa abiertamente a Pyongyang, que niega toda participación.
Pyongyang amenaza con responder a Seúl y Washington con una ataque “ultrapreciso”
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