Rodrigo Díaz M.
Delegados de 28 países, entre ellos Estados Unidos y China, acordaron trabajar juntos para contener los riesgos potencialmente “catastróficos” que plantean los rápidos avances de la inteligencia artificial.
La primera cumbre internacional sobre la seguridad de la inteligencia artificial (IA), celebrada en una antigua base de espionaje cerca de Londres, se centró en la inteligencia artificial de vanguardia que, según advierten algunos científicos, podría poner en peligro la existencia misma de la humanidad.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, declaró que la declaración era “un logro histórico que ve cómo las mayores potencias mundiales en IA se ponen de acuerdo sobre la urgencia de comprender los riesgos de la IA, ayudando a garantizar el futuro a largo plazo de nuestros hijos y nietos”.
Pero la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, instó a Gran Bretaña y a otros países a ir más lejos y más rápido, subrayando las transformaciones que la IA ya está provocando y la necesidad de responsabilizar a las empresas tecnológicas, incluso a través de legislación adicional.
Sólo los gobiernos, y no las empresas, pueden proteger a las personas de los peligros de la IA, afirmó Sunak la semana pasada. Sin embargo, también instó a no precipitarse a la hora de regular la tecnología de la IA, afirmando que primero hay que conocerla a fondo.
Por el contrario, Harris subrayó la necesidad de abordar el aquí y ahora, incluidos “los daños sociales que ya se están produciendo, como los prejuicios, la discriminación y la proliferación de información errónea”.
En un discurso pronunciado en la Embajada de los Estados Unidos Harris dijo que el mundo necesita empezar a actuar ya para abordar “todo el espectro” de riesgos de la IA, no sólo amenazas existenciales como ciberataques masivos o armas biológicas formuladas con IA.
Conseguir que las naciones firmaran el acuerdo, bautizado como Declaración de Bletchley, fue un logro, aunque no contenga muchos detalles y no proponga una forma de regular el desarrollo de la IA. Los países se comprometieron a trabajar para llegar a un “acuerdo y una responsabilidad compartidos” sobre los riesgos de la IA, y a celebrar una serie de reuniones posteriores. Corea del Sur celebrará una mini-cumbre virtual sobre IA dentro de seis meses, seguida de otra presencial en Francia dentro de un año.
El viceministro chino de ciencia y tecnología, Wu Zhaohui, afirmó que la tecnología de la IA es “incierta, inexplicable y carece de transparencia”.
“Conlleva riesgos y desafíos en materia de ética, seguridad, privacidad e imparcialidad. Su complejidad es emergente”, dijo, señalando que el presidente chino, Xi Jinping, lanzó el mes pasado la Iniciativa global para la gobernanza de la IA del país.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y ejecutivos de empresas estadounidenses de inteligencia artificial como Anthropic, DeepMind de Google y OpenAI, así como informáticos influyentes como Yoshua Bengio, uno de los “padres” de la IA, también asisten a la reunión.