Rodrigo Díaz M.
Un diputado independiente de Ontario, que saltó a la fama por hablar en contra de las medidas de salud pública del COVID-19, ha anunciado que se presentará a la carrera por el liderazgo de los conservadores.
Roman Baber ya lanzó su campaña electoral, y dice que se considera el menos favorecido en la contienda del partido, compitiendo con conocidos conservadores federales como Pierre Poilievre y Leslyn Lewis.
El ex primer ministro de Quebec, Jean Charest, también decidió entrar en la pugna electoral conservadora.
Baber es diputado independiente por la circunscripción de York Centre, en Toronto, después de que el premier de Ontario, Doug Ford, lo expulsara de su gobierno conservador progresista en enero de 2021 por pedir públicamente el fin de varias medidas de salud pública que se aplicaban en ese momento para frenar la propagación del COVID-19.
También se le impidió presentarse como candidato por el partido en las elecciones de Ontario el pasado mes de junio.
Tanto Poilievre como Lewis se han opuesto a los mandatos de vacunación y a las restricciones sanitarias que cerraban los negocios y obligaban a los residentes a permanecer en sus hogares, pero Baber aseguró que lo que le diferencia es el hecho de que él fue el primero en oponerse a estas mediadas de forma pública.
“No creo que haya nadie en que participe en esta contienda que estuviera dispuesto a hablar en contra de los cierres o los pasaportes de vacunación hasta hace poco”, dijo Baber. “Yo no dudé en hablar en contra de los cierres, los mandatos y los pasaportes cuando era políticamente incorrecto y cuando era un reto político hacerlo”.
Baber aclaró que apoya la “vacunación voluntaria” y que está totalmente inmunizado, pero que no ha recibido su tercera dosis de refuerzo.
Las políticas de vacunación obligatoria fueron una fuente de tensiones entre el ex líder conservador Erin O’Toole y algunos miembros de su grupo de trabajo, así como los partidarios del partido. O’Toole trató de encontrar un equilibrio entre la promoción de la vacunación contra el COVID-19 y el respeto a la capacidad de las personas para controlar sus propias decisiones en materia de salud.
Esta postura lo expuso a las críticas de sus compañeros conservadores, que querían que defendiera con más fuerza el derecho de las personas a no vacunarse, mientras que otros, incluidos los liberales federales, le reprocharon que no pudiera decir si los 118 diputados de su partido se habían vacunado dos veces.
Baber cree que los cierres o lockdowns serán recordados como un fracaso de la política pública y considera que la respuesta a la pandemia está ligada a “la cultura de la cancelación y la corrección política”.
Como inmigrante nacido en la antigua Unión Soviética que se trasladó a Canadá a los 15 años, Baber explicó que quiere plantar cara a la cultura de la cancelación y “restaurar la democracia canadiense”, que en su opinión “se ha visto un poco erosionada, con la censura, con los mandatos de vacunación y con la invocación de la Ley de Emergencias”.