Rodrigo Díaz M.
Mientras Ucrania celebra las recientes victorias en el campo de batalla, su gobierno se enfrenta a un reto financiero inminente: cómo pagar el enorme costo de la guerra sin provocar subidas de precios descontroladas para el ciudadano de a pie o acumular una deuda que podría obstaculizar la reconstrucción de posguerra.
La lucha consiste en encontrar préstamos o donaciones para cubrir el enorme déficit presupuestario del próximo año, y hacerlo sin recurrir a rescates del banco central, con el riesgo de hundir la moneda ucraniana, la hryvnia.
Los economistas que colaboran con el gobierno afirman que, si Ucrania logra apuntalar sus finanzas hasta finales de este año, será Rusia la que podría verse en apuros financieros si la propuesta de limitar el precio del petróleo por parte de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y sus aliados merma los ingresos de Moscú.
En los primeros días de la invasión rusa, el gobierno ucraniano recurrió a ayuda extranjera que llegaba a intervalos irregulares. Cuando no tenía suficiente, el banco central compraba bonos del estado con dinero recién impreso. La alternativa habría sido dejar de pagar las pensiones y los sueldos estatales.
Los economistas afirman que, si se sigue imprimiendo dinero, se corre el riesgo de que la inflación se descontrole y el valor de la moneda se hunda.
Ucrania tiene dolorosos recuerdos de la hiperinflación de principios de la década de 1990. La estabilidad de los precios y la capacidad de pagar las pensiones tienen un enorme impacto en la gente corriente y en la sociedad, en un momento en que Rusia intenta desmoralizar a la población cortando la electricidad y el agua de cara al invierno.
Con una inflación que ya alcanza el 27%, las subidas de precios han dificultado que las personas con menos ingresos puedan permitirse comprar alimentos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, afirma que Ucrania necesita 38 billones de dólares de ayuda directa de aliados occidentales como Estados Unidos y la Unión Europea de 27 países, más 17 billones para un fondo de reconstrucción de los daños de la guerra.
El gasto en defensa es seis veces superior en el presupuesto para 2023 aprobado recientemente por el parlamento ucraniano en comparación con el del año pasado. El gasto militar y de seguridad ascenderá al 43% del presupuesto, lo que supone un enorme 18,2% de la producción económica anual.
El presupuesto de 2,6 billones de hryvnia tiene un enorme déficit de 1,3 billones de hryvnia, lo que significa que el gobierno necesita encontrar entre tres y cinco billones de dólares al mes para cubrir el déficit. Los recientes ataques a las infraestructuras energéticas desde que se aprobó el presupuesto no harán sino aumentar la necesidad de financiación, ya que las reparaciones no pueden esperar a la reconstrucción de posguerra y afectarán al presupuesto de este año.
Estados Unidos ha sido el principal donante de Ucrania, con 15.2 billones de dólares en ayuda financiera y 52 billones en ayuda global, incluida la humanitaria y militar, hasta el 3 de octubre, según los últimos datos disponibles recopilados por el Ukraine Support Tracker del Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Las instituciones y los países miembros de la UE han comprometido 29.2 billones de dólares. La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, ha propuesto 18 billones de euros en préstamos a largo plazo sin intereses para el año próximo, que aún necesitan la aprobación de los gobiernos miembros. Es probable que Estados Unidos también aporte más.
Ucrania, sin embargo, pide más subvenciones que préstamos. Si toda la financiación se concede en forma de préstamos, la deuda superaría el 100% de la producción económica anual, frente al 83% actual y el 69% de antes de la guerra. Esta carga podría frenar el gasto en la recuperación de la guerra.
Los 85 billones de dólares de ayuda mundial total a Ucrania, según el Ukraine Support Tracker, son menos del 15% de la ayuda que los gobiernos europeos han prometido para proteger a los consumidores de los altos costes energéticos derivados de los recortes de gas natural de Rusia.