Rodrigo Díaz M.
Un incendio arrasó el domingo una iglesia copta ortodoxa abarrotada de fieles durante los servicios matutinos en la capital de Egipto, llenándola rápidamente de un espeso humo negro y matando a 41 fieles, entre ellos al menos 15 niños.
Otras 16 personas resultaron heridas, entre ellas cuatro policías que participaron en las labores de rescate.
Se desconoce la causa del incendio en la iglesia del vecindario obrero de Imbaba. La investigación inicial apuntaba a un cortocircuito eléctrico, según un comunicado de la policía.
Los testigos dijeron que había muchos niños dentro del edificio de cuatro plantas, que tenía dos guarderías; 15 de ellos murieron en el incendio.
Una lista de víctimas obtenida por The Associated Press decía que 20 cuerpos, entre ellos 10 niños, fueron trasladados al hospital público de Imbaba. Tres de ellos eran hermanos, gemelos de cinco años y un niño de tres años, según el informe. El obispo de la iglesia, Abdul Masih Bakhit, también se encontraba entre los muertos en la morgue del hospital.
Otros 21 cuerpos fueron trasladados a otros hospitales.
El ministro de sanidad de Egipto culpó al humo y a la estampida de personas que intentaban huir del incendio de haber causado las víctimas mortales. Se trata de una de las peores tragedias causadas por un incendio en Egipto en los últimos años.
La iglesia está situada en una calle estrecha de uno de los vecindarios más densamente poblados de El Cairo. El domingo es el primer día laborable de la semana, y los atascos obstruyen las calles de Imbama y sus alrededores por la mañana.
Algunos familiares criticaron lo que, según ellos, fueron retrasos en la llegada de las ambulancias y los bomberos los que causaron muchas de las muertes, pues muchas de las victimas aún se encontraban con vida después de ser rescatadas.
El ministro de Sanidad, Jaled Abdel-Ghafar, se defendió asegurando que la primera ambulancia llegó al lugar dos minutos después de que se informara del incendio.
El propio domingo por la tarde, los servicios de emergencia dijeron que habían conseguido apagar las llamas y el primer ministro y otros altos cargos del gobierno llegaron para inspeccionar el lugar. El primer ministro, Mustafa Madbouly, dijo que las víctimas supervivientes y las familias de los fallecidos recibirían indemnizaciones y que el gobierno reconstruiría la iglesia.
Los cristianos egipcios representan alrededor del 10% de los más de 103 millones de habitantes del país y llevan mucho tiempo quejándose de la discriminación que sufren por parte de la mayoría musulmana de la nación.
El incendio del domingo fue una de las peores tragedias por incendio de los últimos años en Egipto. En marzo del año pasado, un incendio en una fábrica de ropa cerca de El Cairo causó al menos 20 muertos y 24 heridos.