Rodrigo Díaz M.
La escasez de mano de obra en Canadá está obligando a muchas empresas a ofrecer pruebas periódicas de detección del COVID-19 por encima de los mandatos de vacunación, mientras que otras están revocando los requisitos de inoculación anunciados anteriormente, incluso a medida que aumentan los casos de la variante Omicron.
El gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, adoptó una de las políticas de inoculación más estrictas del mundo para los funcionarios públicos y ya ha puesto a más de mil trabajadores de baja sin sueldo, con miles más en riesgo.
Las aerolíneas, las fuerzas policiales, las juntas escolares e incluso los cinco grandes bancos de Canadá también han prometido políticas estrictas de vacunación obligatoria. Sin embargo, su cumplimiento ha resultado menos sencillo, sobre todo porque los empresarios se enfrentan a la escasez de personal y los trabajadores exigen exenciones.
Por otro lado, las vacantes de empleo en Canadá se han duplicado en lo que va de año, según los datos oficiales, y los mandatos de vacunación pueden dificultar la cobertura de esos puestos de trabajo, lo que podría ejercer una presión al alza sobre los salarios. Esto podría alimentar la inflación, que ya se encuentra en su punto más alto de las últimas dos décadas.
La contratación de personas no vacunadas tiene sus inconvenientes. Las empresas corren un mayor riesgo de que se produzcan brotes de COVID-19 y muchos empleados vacunados se sienten incómodos trabajando con los que no se han vacunado, señalaron grupos industriales y expertos en marketing.
Los datos publicados recientemente corroboran la rigidez del mercado laboral canadiense, con la creación de 153.700 puestos de trabajo en noviembre. También mostraron un creciente desajuste entre los trabajadores disponibles y los puestos de trabajo no cubiertos. Y las ofertas de empleo están muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia.
El mes pasado, la provincia de Quebec dio marcha atrás en su mandato de vacunación para los trabajadores del sector sanitario, alegando que no podía permitirse perder a miles de personas por no estar vacunadas. Ontario, que también tenía previsto implementar un mandato de vacunación a los trabajadores sanitarios, dijo que esto ya no se estaba considerando.