Por El Centro News (Octubre 2025)
El Gobierno de Canadá presentó su Plan de Niveles de Inmigración 2025-2027, marcando un giro importante en su estrategia migratoria. Tras varios años de incrementos sostenidos, Ottawa ha decidido moderar el crecimiento migratorio y reducir gradualmente el número de nuevos residentes permanentes, con el objetivo de alcanzar una mayor estabilidad social y económica.
Según el nuevo plan, las metas anuales se establecen en 395,000 nuevos residentes permanentes para 2025, 380,000 para 2026y 365,000 para 2027.Esto representa una disminución frente al récord de 465,000 aprobaciones registradas en 2024, el más alto en la historia del país. La ministra de Inmigración, Lena Metlege Diab, explicó que esta decisión busca equilibrar las necesidades del mercado laboral con la capacidad real de vivienda, salud y educación, sectores que actualmente se encuentran bajo presión.
“Nuestro sistema migratorio debe seguir siendo fuerte, pero sostenible. Queremos asegurar que Canadá continúe siendo un país acogedor, sin comprometer la calidad de vida de los recién llegados ni de los canadienses”, afirmó la ministra en Ottawa. Menos residentes temporales.
Otro de los puntos clave del nuevo plan es la reducción del número de residentes temporales, incluyendo trabajadores extranjeros, estudiantes internacionales y solicitantes de refugio. El objetivo es que para finales de 2027 estas categorías representen menos del 5 % de la población canadiense, frente al 6.8 % actual.
Para lograrlo, el gobierno destinará más de $427 millones a la modernización del sistema de permisos de trabajo, control fronterizo y procesamiento de solicitudes. Las provincias y territorios también deberán ajustar sus programas locales (en especial los de trabajadores temporales y nominaciones provinciales) para garantizar la coherencia del plan federal.
Reacciones encontradas
La medida ha generado opiniones divididas. Algunos analistas sostienen que una desaceleración era necesaria para aliviar la presión sobre la vivienda y los servicios públicos, mientras que otros advierten que podría afectar la competitividad del país.
“Reducir la inmigración justo cuando la población envejece y la escasez laboral continúa podría ser contraproducente”, señaló la economista canadiense Laura Desjardins.
Por su parte, organizaciones comunitarias y empresariales han expresado preocupación por los posibles retrasos en la reunificación familiar y por el impacto que estas restricciones podrían tener en sectores como la agricultura, la hostelería y la salud, que dependen fuertemente de trabajadores extranjeros.
Una política bajo revisión constante.
El gobierno federal anunció que revisará los resultados de estas medidas a mediados de 2026.Si las presiones sobre la vivienda y los servicios públicos se reducen, podría reconsiderarse un aumento moderado en las metas de inmigración a partir de 2028.Mientras tanto, el debate sobre el papel de la inmigración en el desarrollo de Canadá sigue más vivo que nunca: ¿Debe priorizarse la estabilidad o el crecimiento económico? El tiempo dirá si este cambio de rumbo logra mantener el equilibrio que el país necesita.











