Rodrigo Díaz M.
La crisis del coronavirus ha desencadenado la peor recesión mundial en casi un siglo, y el daño no ha terminado aún, aunque no haya una segunda oleada de infecciones, advirtió hoy un informe económico internacional.
Cientos de millones de personas han perdido sus empleos, y la crisis está golpeando con más fuerza a las personas de escasos recursos y a los jóvenes, empeorando las desigualdades entre estratos sociales, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, por sus siglas en inglés) en su último análisis de los datos económicos mundiales.
“Es el panorama más incierto y dramático desde la creación de la OCDE”, dijo el secretario general Angel Gurria. “No podemos hacer proyecciones como lo hacemos normalmente”.
En el mejor de los casos, si no hay una segunda ola de infecciones, la agencia prevé una caída global de la producción económica del 6% este año, y un aumento del 2,8% el próximo año.
Sin embargo, si el coronavirus reaparece más tarde en el año, la economía mundial podría contraerse un 7,6%, dijo la OCDE.
“Con o sin un segundo brote, las consecuencias serán severas y duraderas”, dice el informe.
Los mercados bursátiles mundiales cayeron después de la publicación del informe, lo cual es más pesimista que otras predicciones del Banco Mundial.
Gurria argumentó que “presentar el problema como la elección entre vidas y medios de vida, es decir, la elección entre la salud y la economía, es un falso dilema”. Si no se controla la pandemia, no habrá una recuperación económica robusta”.
En caso de una segunda ola de contagios, la OCDE prevé que la tasa media de desempleo en los 37 países desarrollados que representa se duplique este año hasta alcanzar el 10% y que haya “poca recuperación” en 2021. En el escenario más optimista, la cifra sería del 9,2%. En los países más pobres, las cifras suelen ser más elevadas y los trabajadores del sector no estructurado son especialmente vulnerables.
El organismo instó a los gobiernos a abordar las desigualdades invirtiendo en sistemas de atención sanitaria, en la cooperación mundial en materia de suministros médicos, vacunas y tratamientos y en la readaptación de las personas cuyos sectores son los más afectados.
El virus ha infectado a 7,2 millones de personas en todo el mundo y ha matado al menos a 411 mil, según las cifras oficiales contadas por la Universidad Johns Hopkins. Se cree que el verdadero número de víctimas es mucho mayor.