Rodrigo Díaz M.
Yoon Suk Yeol, ahora ex presidente de Corea del Sur, ha sido destituido luego de la decisión por unanimidad del Tribunal Constitucional de Corea del Sur.
Esto le pone punto final a esta tumultuosa etapa política del país asiático, ya que también se han convocado a elecciones, cuatro meses después de el ex presidente declara una ley marcial que solo duró horas.
“Dado el impacto negativo en el orden constitucional causado por la violación de las leyes por parte del acusado y sus graves efectos en cadena, consideramos que los beneficios de defender la constitución destituyendo al acusado superan con creces las pérdidas nacionales por la destitución del presidente”, concluyó el juez.
Ahora, en tan solo dos meses, se celebrarán elecciones para elegir un nuevo presidente. Yoon fue elegido en el 2022.
El primer ministro Han Duck-soo, líder interino del país, prometió mantener la seguridad y el orden públicos y garantizar una transición fluida a la próxima administración.
Según encuestas nacionales de intención de voto Lee Jae-myung, el controvertido líder del Partido Democrático, es el claro favorito para ganar las próximas elecciones presidenciales. Lee se enfrenta a varios juicios por corrupción, lo que podría hacer difícil su llegad al poder.
Adicionalmente a su destitución, Yoon ha sido acusado de varios cargos criminales, incluyendo la incitación a rebelión. La pena máxima para este cargo es la pena de capital o la cadena perpetua si es declarado culpable.
Yoon fue arrestado inmediatamente, pero luego fue puesto en libertad el mes pasado después de que un tribunal de distrito de Seúl anulara su arresto. Yoon también perdería su inmunidad presidencial que lo protegía de la mayoría de los procesos penales.
Esto significa que podría enfrentarse a otros cargos penales, como abuso de poder, en relación con su decreto de ley marcial, lo que podría hacer más factible la posibilidad de una pena de muerte.