Las consecuencias de las elecciones estadounidenses afectan a países de todo el mundo, empezando por sus vecinos especialmente, ya que ambos candidatos poseen visiones totalmente distintas en varios asuntos fundamentales.
Rodrigo Díaz M.
Las elecciones a celebrarse en los Estados Unidos el próximo 3 de noviembre poseen claras implicaciones para Canadá y para muchos países en el mundo, Joe Biden y Donald Trump son polos opuestos y quien quede electo como presidente tendrá que lidiar con muchos problemas presentes actualmente.
En cuanto a la economía y la producción, Donald Trump promete más perforación de petróleo, más oleoductos y menos regulación para las corporaciones.
Joe Biden, por otro lado, asegura que cancelaría el permiso de Trump para el oleoducto Keystone XL de Canadá y quiere realizar inversiones importantes en energía limpia; reincorporarse al Acuerdo de París; y, finalmente, castigar a los países con aranceles ecológicos si no reducen las emisiones carbono.
Algunas cosas permanecerán igual sin importar quién gane. Por ejemplo, Biden dice que no modificaría algunas de las medidas más agresivas de Trump contra sus aliados, como las tarifas sobre el acero y el aluminio basadas en supuestos motivos de seguridad nacional.
La administración de Trump se enorgullece de una política comercial dura y transformadora que incluye muchos aranceles y derechos de aduana. Su equipo de comercio ha asegurado que tiene un plan a largo plazo; sus críticos dicen que los resultados hasta ahora ofrecen más caos que beneficios.
La política de defensa canadiense se ha basado durante mucho tiempo en la suposición de una asociación inquebrantable con los Estados Unidos. Sin embargo, las viejas alianzas de repente parecen menos sólidas.
Trump ha sacudido las viejas suposiciones, criticando repetidamente a los aliados de la OTAN por no gastar lo suficiente en sus fuerzas armadas. Las administraciones anteriores han hecho quejas similares. Pero bajo un aluvión de demandas de Trump, los aliados han aumentado sus gastos.
Algunos analistas de defensa, y un ex-ayudante de Trump, todavía temen que pueda retirarse de la OTAN en un segundo mandato. Esa incertidumbre persiste sobre el despliegue de las tropas canadienses en Europa del Este.
Biden es un firme defensor de la OTAN, y bajo su vigilancia, Canadá podría enfrentarse a un desafío diferente: las conversaciones sobre el futuro papel y las misiones de la OTAN.
En cuanto a cuestiones de inmigración, Trump ha indicado que, para un segundo mandato, continuaría con algunos de los programas más restrictivos de visas de trabajo temporal que estableció durante su primer mandato.
Recientemente, por ejemplo, anunció una importante revisión de las visas H1-B. También está tratando de poner fin a la protección humanitaria temporal de miles de migrantes que enfrentan amenazas en sus países, y disminuir el número total de refugiados que vienen a los Estados Unidos. Todo esto podría ejercer presión en las fronteras canadienses.
Mientras tanto, Biden ha dicho que revertiría la congelación de la visa H1-B de Trump, revisaría la decisión de terminar la protección humanitaria de los migrantes, revocaría la prohibición de viaje de Trump y aumentaría el número de refugiados que vienen a los Estados Unidos a 125 mil.