Rodrigo Díaz M.
Según las tendencias históricas de las elecciones en esta provincia, una derrota del Partido Conservador habría sido realmente una anomalía. En el último siglo, los votantes de Ontario sólo han desconfiado de un gobierno después de un solo mandato: fue el de Bob Rae, del NDP, en 1995.
Por otro lado, es raro que un premier que forma una mayoría en su primera victoria electoral obtenga luego una mayoría aún mayor en las segundas elecciones.
De hecho, sólo un premier de Ontario lo ha conseguido en el último siglo. Los conservadores de Leslie Frost ganaron cinco escaños más en 1955 que en 1951.
Se podría decir que el camino de Doug Ford hacia la victoria en las elecciones de Ontario y la obtención de una segunda mayoría consecutiva comenzó el St. Patrick’s Day, el día en que declaró el estado de emergencia por la pandemia del COVID-19.
Hasta ese momento, el gobierno conservador progresista de Ford, que tenía toda la pinta de poder mantenerse por un solo término, estaba sumido en escándalos de nepotismo y era tan impopular que el premier era abucheado en cualquier presentación pública a la que acudía.
Luego llegó la pandemia del COVID-19: murieron 13 mil personas, Ontario cerró las escuelas durante más tiempo que cualquier otro lugar de Norteamérica y el prometido “anillo de hierro” de Ford alrededor de las residencias de ancianos nunca se materializó.
Sin embargo, Ford ha llevado a los conservadores de Ontario a una victoria aún mayor que la de las últimas elecciones, con 83 escaños, dejando a los Nuevos Demócratas (NDP) y a los Liberales muy desmoralizados y en busca de nuevos líderes políticos.
¿Cómo han conseguido él y su partido esta sorprendente recuperación?
Un factor clave fue la imagen que Ford cultivó en más de 200 conferencias de prensa durante el primer año de la pandemia.
Ford utilizó esas apariciones para rehabilitar su reputación, y como resultado su índice de aprobación se disparó.
No hay duda de que la respuesta de su gobierno a la pandemia no fue ideal, y eso acabó arrastrando la aprobación de Ford. Había muchos votantes que querían que Ford dejara su cargo.
Pero tampoco hay duda de que una parte importante de los habitantes de Ontario está cansada de la pandemia y quería pasar la página. El partido de Ford se aprovechó de ello, y su mensaje “Get It Done” probablemente resonó con fuerza entre la población.
Entre estos dos factores relacionados con la pandemia, el resultado fue el siguiente: un número suficiente de ciudadanos en un número suficiente de circunscripciones dio a Ford una calificación aprobatoria para allanar el camino hacia la victoria electoral.
Para comprobar la capacidad de Ford de atraer a los votantes no tradicionalmente conservadores a su lado, hay que enfocarse en los lugares donde su partido ganó escaños.
Circunscripciones que votan casi siempre por los liberales a nivel federal, como Mississauga, Vaughan y Scarborough, esta vez votaron por los conservadores.
Más notable aún, y algo que debería preocupar al NDP y a su próximo líder, fue el éxito de los conservadores entre los trabajadores de mano de obra. El partido logró captar circunscripciones como Windsor-Tecumseh y Essex, en el corazón del sector automovilístico, Hamilton East-Stoney Creek, en la ciudad del acero de Ontario, y Timmins, un importante centro minero.
Cabe destacar que este es el mismo partido que, a los pocos meses de llegar al gobierno, eliminó una ley que daba a los trabajadores el derecho a dos días de enfermedad pagados, congeló el salario mínimo y dificultó la afiliación a los sindicatos.
La promesa de Ford de construir la Highway 413 atrajo a suficientes sindicatos de la construcción a su lado, de modo que los conservadores pudieron aprovechar ese simbolismo para obtener más escaños. También ayudó claramente en Brampton, donde arrebataron tres escaños al NDP.
Por otro lado, los rivales de Ford: el líder liberal Steven Del Duca y la líder del NDP Andrea Horwath, nunca terminaron de convencer a la población, con Ford siempre en el primer lugar en las encuestas sobre quien era el más capacitado para ser premier de Ontario.
El resultado demuestra que la estrategia de campaña de “jugar a lo seguro” empleada por el Partido Conservador de Ontario ha funcionado. Por muy frustrante que fuera para los periodistas que Ford pasara días sin responder a las preguntas, eso no importó a los más de 1,9 millones de personas en Ontario que votaron por él.