Por Raúl A. Pinto
Un mesero de origen francés establecido en la ciudad de Vancouver, en British Columbia, ha presentado una queja ante el Tribunal de Derechos Humanos de la provincia, argumentando que su despido, debido a su “mala actitud” corresponde a un comportamiento propio de las personas de su cultura.
Guillaume Rey presentó su apelación ante el tribunal, que desestimó la solicitud del restaurante de no innovar el asunto. La corte expresó que Rey debería al menos tener la opción de explicar por qué su cultura francesa podría haber sido mal entendida como una violación de la política de respeto del lugar de trabajo del restaurante donde se desempeñaba.
Rey era mesero en la compañía Cara Operations que lo puso en el restaurant Milestones de Vancouver en el 2015. Las evaluaciones de su rendimiento muestran que a pesar de recibir buenos comentarios por parte de los clientes, también tenía llamados de atención por su tendencia a andar a la defensiva y tener actitudes agresivas.
El fallo del tribunal asegura que la administración se acercó a Rey en reiteradas oportunidades por su actitud hacia los compañeros de trabajo, mientras que el camarero alega que los supervisores mismos le dijeron más de una vez que su cultura podría hacer que otros miembros del equipo lo consideren agresivo. Esto fue rotundamente negado por el gerente general de Milestones.
Finalmente en agosto de 2017, Rey fue despedido tras hablarle a un camarero más joven de una manera descrita como “agresiva”. El, nuevamente dijo haber sido “muy profesional”.
En la resolución de ambas partes, entregada a principios de marzo, el miembro del tribunal Devyn Cousineau dijo que a pesar que ambas partes concluyen que el despido se debió a la actitud de Rey, el resto de los elementos de la situación está en disputa aún.
Mientras que el restaurante dice que el “tono agresivo y naturaleza de Rey con otros” infringía la política de respeto en el lugar de trabajo que Milestones posee, el mesero dijo que fue despedido por su “personalidad directa, honesta y profesional” y por tener “altos estándares aprendidos en la industria de los servicios hoteleros franceses”.
Aunque Cousineau exigió una audiencia completa para el supuesto afectado, advierte que esto no significa que será fácil para él.
“El Señor Rey tendrá que explicar de fue su herencia francesa la que resultaría en un comportamiento que la gente en Vancouver podría malinterpretar como una violación de los estándares de conducta aceptable en el lugar de trabajo”, dijo