Rodrigo Díaz M.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, propuso el domingo llevar a cabo un intercambio de privados de libertad con Venezuela, especificando que cambiaría a los deportados venezolanos que Estados Unidos ha mandado a El Salvador por los presos políticos que retiene el gobierno de Venezuela.
Por medio de un post en la red social X, el presidente Bukele propuso el intercambio de un total de 252 prisioneros venezolanos actualmente en El Salvador, un numero idéntico al de presos políticos que se rumorea existen en Venezuela.
Entre estos presos políticos destacan figuras de la oposición de alto nivel en Venezuela, periodistas y activistas, que fueron detenidos durante la represión electoral del gobierno de Maduro el año pasado.
“La única razón por la que están encarcelados es por haberse opuesto a ti y a tu fraude electoral”, escribió Bukele a Maduro en X. “Sin embargo, quiero proponer un acuerdo humanitario que incluya la repatriación del 100% de los 252 venezolanos que fueron deportados, a cambio de la liberación y entrega de un número idéntico (252) de los miles de presos políticos que tienes detenidos”.
La fiscalía de Venezuela respondió el domingo por la noche rechazando la propuesta de Bukele, calificando de “cínicas” las declaraciones de Bukele, refiriéndose al líder salvadoreño como “neofascista” y exigiéndole que proporcionara al gobierno venezolano una lista de las personas detenidas, así como su situación legal y los informes médicos correspondientes.
Esta propuesta se produce en un momento en que El Salvador es objeto de un intenso escrutinio internacional por aceptar a venezolanos y salvadoreños deportados por la administración Trump, que los acusó de ser presuntos miembros de pandillas.
Los deportados están recluidos en una la mega cárcel conocida como Centro de Confinamiento por Terrorismo (CECOT), construida por el gobierno de Bukele durante su campaña contra las pandillas en el país.
A pesar de las criticas contra su gestión, el presidente Bukele ha logrado que el Salvador se convierta en el país mas seguro de América Latina, siendo antes uno de los más peligrosos del mundo. Además, el mandatario salvadoreño cuenta con una aprobación nacional del 91%, según datos hechos públicos en febrero de este año.