Rodrigo Díaz M.
La crisis hipotecaria ha golpeado duramente a los propietarios de Toronto. El endeudamiento de los hogares se acerca a niveles récord y el desempleo aumenta cada vez más, lo que crea un entorno precario para los propietarios excesivamente apalancados.
Algunos ya están perdiendo sus casas. Se prevé que la morosidad y los impagos hipotecarios sigan aumentando cuando los propietarios tengan que renovar sus hipotecas en el 2025 y el 2026. El regulador bancario canadiense señaló recientemente la renovación de las hipotecas como uno de los principales riesgos financieros a los que se enfrenta el país. Y los seis principales bancos se están preparando para más impagos, reservando unos 4.4 billones de dólares en provisiones para pérdidas crediticias en el segundo trimestre del 2024, lo que supone un aumento de 1.6 billones con respecto al mismo periodo del año pasado.
Aunque la crisis será devastadora para los propietarios que se enfrentan a dificultades financieras, las consecuencias no terminarán ahí. A medida que aumente el número de propietarios en situación de impago, los bancos se verán obligados a reservar más capital para cubrir los préstamos fallidos, con el consiguiente riesgo de conmoción del sistema crediticio.
En el peor de los casos, los bancos y prestamistas se verán abocados a una contracción del crédito, es decir, un descenso de la actividad crediticia provocado por una repentina escasez de fondos, según los economistas. Canadá es ya el tercer país del mundo con mayor endeudamiento de los hogares, y si a la gente le resulta más difícil acceder al crédito bancario, la economía podría ralentizarse, llegando incluso a la recesión, según algunos economistas. Las empresas reducirán sus operaciones y recortarán sus plantillas, mientras que los hogares gastarán menos, incapaces de pedir más préstamos para llegar a fin de mes.
Muchas conversaciones sobre esta situación están teniendo lugar en el seno de los hogares de Toronto que se enfrentan a la renovación en los próximos dos años. Para algunos, recortar gastos no bastará para conservar sus casas.
Algunos propietarios han decidido vender sus casas antes de que llegue la fecha de renovación de su hipoteca, sabiendo que no podrán hacer frente a los pagos cuando entren en vigor las nuevas tasas de interés.
Tampoco es fácil para los vendedores deshacerse de sus propiedades, ya que las ventas de bienes raíces de Toronto han bajado un 16% año tras año, con las ventas de condominios por sí solas cayendo un 28%. Si la propiedad no se vende, pueden producirse impagos de la hipoteca y, lo que es peor, incluso ejecuciones hipotecarias.
Según Desjardins, Canadá es el tercer país del mundo con mayor endeudamiento de los hogares en comparación con otras economías avanzadas, por detrás de Suiza y Australia.
Aunque hay grietas en el sistema financiero, es muy poco probable que se produzca una crisis bancaria generalizada, según los expertos, ya que los principales bancos están bien capitalizados, lo que significa que capearán el temporal de impagos y morosidad hipotecaria.
Hasta ahora se ha producido un aterrizaje suave, es decir, una ralentización económica sin recesión y, aunque las instituciones financieras siguen siendo sólidas, persiste la incertidumbre en la economía en términos de empleo, deuda de los hogares y quiebras de consumidores y empresas, que tienden al alza.
Tras una larguísima espera, el Banco de Canadá inició en junio su ciclo de recorte de tasas de interés, y aunque los economistas prevén que la bajada de la tasa de interés básica será gradual, ayuda a prevenir una ola de impagos. Gracias a esto puede evitarse la contracción del crédito.