Rodrigo Díaz M.
Jeff Bezos y su gigante conglomerado tecnológico Amazon han anunciado la creación de un nuevo chatbot que utilizará inteligencia artificial (IA).
El bot, llamado Q, ayudará a las empresas a resumir documentos largos o a chatear en grupo y aumentará la productividad.
El anuncio se produce un año después de que el bot ChatGPT de OpenAI sacudiera el mercado y provocara una carrera de adopción entre las empresas tecnológicas.
Amazon también dijo que protegería a las empresas de los problemas de derechos de autor derivados del uso de su bot.
Esta decisión se produce después de las sonadas demandas interpuestas contra OpenAI, fabricante de ChatGPT, por considerar que se habían infringido los derechos de autor de las empresas para entrenar el sistema.
Amazon espera que Q, que se implantará gradualmente en sus principales aplicaciones empresariales, atraiga a más empresas a utilizar sus servicios de computación en nube.
El bot también puede responder a consultas de clientes, generar gráficos, analizar datos y ayudar a las empresas en sus necesidades de codificación.
La carrera entre los gigantes tecnológicos por innovar en el campo de la inteligencia artificial se ha intensificado, y se considera que Microsoft está a la cabeza tras su gran inversión en ChatGPT.
En septiembre, Amazon dijo que invertiría “hasta cuatro billones de dólares” en Anthropic, una empresa de IA creada por antiguos empleados de OpenAI. También es propietaria de Mechanical Turk, un servicio de formación colectiva de modelos de IA.
Con el lanzamiento de Q, la empresa prometió proteger a las empresas de las reclamaciones por derechos de autor, como la demanda interpuesta en julio por la cómica Sarah Silverman contra OpenAI y Meta, propietaria de Facebook.
Silverman, junto con otros dos autores, alegó que sus libros habían sido “ingeridos y utilizados para entrenar ChatGPT”, y que el sistema de IA Llama de Meta también utilizaba sus obras.
En noviembre, un juez estadounidense desestimó gran parte de la demanda de Silverman.
Sin embargo, otros autores como Margaret Atwood y Philip Pullman también han pedido a las empresas de IA que les compensen por utilizar su trabajo.