Con las medidas de cierre que se han establecido para Toronto y Peel bajo el nuevo marco de restricción de color de Ontario, las juntas de los condominios han aplicado políticas más estrictas con respecto a los visitantes.
Rodrigo Díaz M.
En virtud del artículo 117 de la Ley de condominios de Ontario, aprobada en 1998, las juntas de condominios tienen “la facultad de controlar los elementos comunes dentro del edificio, incluidos los ascensores, los pasillos, los vestíbulos y similares; específicamente si el uso de ese espacio puede dañar la propiedad o los bienes o causar una lesión o una enfermedad a un individuo”.
Algunas juntas de condominio en Toronto se han apoyado en este artículo para restringir el acceso de visitantes a los edificios.
A menos que el edificio tenga una entrada exterior accesible, lo más probable es que cualquier visitante que tenga que pasar por un espacio común para llegar a un apartamento podría representar un cierto peligro para los residentes.
Este asunto ha sido debatido desde que comenzó la pandemia, pero varios edificios han implementado tales políticas sin importar las posibles consecuencias futuras. No todos los residentes están satisfechos, pero lo mismo podría decirse en relación con la forma en que la provincia ha manejado esta segunda ola del COVID-19.
No todas las juntas de condominios y empresas de administración de propiedades han llegado a tratar de prohibir las visitas, pero todas se han visto obligadas a cerrar los servicios comunes como gimnasios, salas de fiestas, suites de huéspedes y salones de reuniones.