Rodrigo Díaz M.
La ciudad española de Barcelona se ha visto afectada por intensas inundaciones, mientras prosiguen las labores de búsqueda y rescate tras las devastadoras inundaciones de la semana pasada en Valencia.
La Agencia Estatal de Meteorología ha decretado la alerta roja en algunas zonas de Cataluña por lluvias torrenciales, y los medios de comunicación locales han mostrado imágenes de coches parcialmente sumergidos en una autopista.
Algunas zonas del aeropuerto de El Prat, el segundo del país, se han inundado. Se han cancelado o retrasado más de 80 vuelos y se han suspendido los servicios ferroviarios.
Un fenómeno meteorológico similar, que la semana pasada azotó la Comunidad Valenciana con las lluvias equivalentes a las de todo un año, ha causado al menos 217 muertos. El lunes, los equipos de rescate centraron sus esfuerzos en la búsqueda de desaparecidos en aparcamientos subterráneos.
El temporal sorprendió a muchas víctimas en sus vehículos en carreteras y espacios subterráneos, como aparcamientos, túneles y garajes, donde las operaciones de rescate son especialmente difíciles.
Se teme que compradores y trabajadores quedaran atrapados en el aparcamiento de un centro comercial de Aldaia, a las afueras de Valencia, al desbordarse el agua.
La policía ha confirmado que no se han localizado víctimas en los primeros 50 vehículos inspeccionados en el lugar. Pero los informes sugieren que estos vehículos fueron encontrados cerca de la entrada del aparcamiento, con gran parte del resto todavía sumergido y aún por explorar.
Entre los fallecidos había una pareja británica de unos 70 años, cuya familia confirmó que habían sido encontrados muertos en su coche días después de que las inundaciones repentinas azotaran Valencia. Por el momento no se han registrado víctimas mortales en Cataluña.
El lunes por la mañana, el ministro del Interior español se negó a decir cuántos seguían desaparecidos.
Las autoridades se han mostrado indignadas por la falta de avisos y de apoyo tras las inundaciones.
El domingo, el rey y la reina de España fueron atacados con barro y otros objetos por manifestantes furiosos durante una visita a la ciudad de Paiporta, una de las más afectadas de la Comunidad Valenciana.
También se lanzaron objetos contra el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que fue evacuado rápidamente.