Por más de tres décadas, la Dra. Doris Grinspun ha sido una de las voces más influyentes en el ámbito de la enfermería y la salud pública en Canadá. Nacida en Chile y formada en diversos países —Chile, Israel, Estados Unidos y Canadá—, ha sabido combinar excelencia académica con un inquebrantable compromiso social. Desde su rol como Gerente General de la Registered Nurses’ Association of Ontario (RNAO), organización que este año cumplió 100 años de trayectoria, ha impulsado reformas que fortalecen la práctica clínica y también se adentran en el terreno de los determinantes sociales y ambientales de la salud, tal como justicia social, equidad, y la crisis climática.
En mayo pasado, durante la celebración del centenario de RNAO, la Dra. Doris Grinspun recibió la Medalla de Coronación del Rey Carlos III, un reconocimiento que refleja no solo su liderazgo en el sector de la salud, sino también su activismo en causas como el salario digno, la acción climática y la inclusión social. Con una energía que inspira y un discurso siempre orientado a la acción, la Dra. Grinspun se ha consolidado como referente para enfermeras, profesionales de la salud y comunidades en todo el país y a nivel internacional.
En esta edición de El Centro Newspaper, tenemos el honor de presentarla como nuestra Personalidad del Mes, a la Dra. Grinspun por compartir con nuestros lectores su historia, sus reflexiones y su visión del futuro.
El origen de una vocación
¿Qué la motivó originalmente a dedicarse a la enfermería?
“Todo empezó cuando tenía apenas siete años”, recuerda con una sonrisa. “Mis padres me regalaron un reloj con brazalete blanco y yo dije: este reloj lo voy a usar cuando sea enfermera. Desde entonces me atrajo la idea de cuidar, de estar al servicio de los demás. Siempre me gustaron los retos, tanto a nivel personal como profesional, y buscaba proyectos que tuvieran impacto real en la sociedad. Eso me llevó a dedicar mi vida a la enfermería y, más adelante, al liderazgo en salud pública”.
Una formación internacional
La trayectoria académica y profesional de la Dra. Grinspun no se limita a un solo país. Estudió en Chile, Israel, Estados Unidos y Canadá, lo cual le brindó una visión global de la educación en salud.
¿Cómo influyó esa diversidad en su enfoque profesional?
“Fue intencional, ,considero que la educación continua es clave, y hacerlo en diferentes países me permitió comprender de primera mano cómo las realidades culturales y sociales impactan en la práctica de la enfermería. Esa experiencia me dio una sensibilidad especial para trabajar en un país tan diverso como Canadá”, explica.
De hecho, agrega, esas vivencias marcaron también su postura ética frente a conflictos internacionales. “Soy judía y viví en Israel por 12 años. Estoy horrorizada con la tragedia humanitaria que vive la población en Gaza – niños, mujeres, viejos y profesionales de salud. También sufro al pensar en los rehenes que aún siguen allí. Debemos levantar la voz y denunciar esas injusticias mayores. El silencio nunca puede ser opción”.
El impacto de las Guías de Buenas Prácticas en salud
Uno de sus mayores legados es la creación de las Guías de Buenas Prácticas de RNAO ( Best Practice Guidelines, o Bpgs, un programa nacido en Ontario que hoy se aplica en casi 1,600 instituciones de salud alrededor del mundo.
“Hace 36 años cuando era Directora de Enfermería del hospital Mount Sinai, la Organización Panamericana de la Salud me invito a liderar un proyecto de práctica basada en la evidencia en el cuidado de enfermería en rehabilitación, trabajando con países como Chile, Cuba, Ecuador y Colombia. Después, desde RNAO, propuse formalmente una iniciativa de guías de buenas prácticas al Ministerio de Salud de Ontario, y desde entonces el gobierno de Ontario lo financia. Nunca imaginé que se convertiría en un referente global”, explica.
Estas guías, que orientan a profesionales en la aplicación de cuidados basados en evidencia, han transformado la calidad de la atención en hospitales, clínicas y comunidades en distintos continentes. “El verdadero impacto está en la vida de los pacientes: mejores prácticas, mejores resultados y un sistema de salud más efectivo y humano”.
Liderazgo con justicia social
Además de lo clínico, la Dra. Grinspun ha puesto la justicia social en el centro de su liderazgo.
¿Cuáles han sido los mayores logros y desafíos en este campo?
“Uno de los mayores retos es la situación de las comunidades indígenas en Canadá. Es vergonzoso que en un país tan desarrollado haya pueblos originarios con escasos recursos, sufriendo el trauma acumulado del colonialismo, con tasas de suicidio alarmantes y expuestos a la contaminación ambiental. Desde RNAO trabajamos con las comunidades indígenas respondiendo a sus prioridades y las de las enfermeras que trabajan con pueblos indígenas en todo Ontario.”.
El cambio climático es otro de sus campos de batalla. “Es el gran desafío de nuestra era, que ya lo vemos expresado en las inundaciones, las tormentas destructivas, los fuegos forestales y el humo, las ondas de calor, y el desplazamiento de las personas. La mayoría de quienes quieren actuar no saben cómo, y los que saben, muchas veces no quieren hacerlo. Debemos redoblar esfuerzos porque la salud del planeta y de las personas es indivisible”.
Salud pública y equidad
La Dra. Grinspun enfatiza que la salud pública no puede desligarse de la justicia social.
“La pandemia de COVID-19 golpeó más fuerte a los pobres, a los inmigrantes y a los pueblos indígenas. Eso nos mostró las grietas de nuestro sistema. Existe todavía mucho racismo y discriminación en salud, vivienda y empleo. Debemos combatirlo en todos los niveles”.
Sobre los servicios de consumo supervisado —espacios donde personas con adicciones reciben atención para evitar sobredosis—, su postura es clara: “Cerrar estas clínicas solo aumentará muertes, contagios de VIH y hepatitis. Necesitamos más servicios, no menos”.
También rechaza la privatización del sistema de salud. “Nuestro sistema universal debe seguir garantizando cuidados basados en la necesidad del paciente, no en su capacidad de pago. Hay que expandir los programas universales, como el programa nacional dental y pharmacare, en vez de retroceder a través de la privatización”.
Diversidad cultural y enfermería
Toronto y el GTA son territorios profundamente multiculturales. Para la Dra. Grinspun, ese contexto enriquece la labor de las enfermeras.
“La diversidad cultural es una de las maravillas de Canadá. Nuestra organización tiene una política muy clara de inclusión y no discriminación. Además, hemos trabajado mucho para facilitar la incorporación de enfermeras formadas en otros países que viven en Canadá, incluyendo a muchas de nuestra comunidad latina. Si conocen a alguien que necesite ayuda con este proceso, que me contacten”, subraya, aunque enfatiza “que RNAO se opone al reclutamiento en el extranjero de enfermeras en países con menos recursos que las necesitan más que Canadá.”
Un mensaje a las nuevas generaciones
Antes de despedirse, la Dra. Grinspun deja un mensaje para los profesionales de la salud latinos que sueñan con influir en políticas públicas:
“No se dejen vencer por las barreras. Sigan empujando y recuerden siempre que el centro de la atención es el paciente. Prepárense, estudien, luchen. Y, sobre todo, cuiden con calidad y con calidez. Aunque solo tengamos diez minutos con un paciente, esos diez minutos pueden marcar la diferencia en su vida”.
La conversación con la Dra. Doris Grinspun confirma lo que su trayectoria ya demuestra: la enfermería puede ser mucho más que una profesión; puede ser una plataforma de liderazgo social y político. Su historia, tejida entre continentes, culturas y luchas por la justicia, inspira a toda la comunidad hispana en Canadá a seguir construyendo un futuro más saludable, justo e inclusivo.











