Rodrigo Díaz M.
Google se enfrenta a una amenaza mayor que la OpenAI de Sam Altman, incluso a la espera de una decisión sobre cómo los reguladores antimonopolio de Washington planean nivelar el terreno de juego en el negocio de las búsquedas en Internet.
La sentencia dictada la semana pasada en los Estados Unidos, según la cual Google creó un monopolio ilegal de búsquedas, se considera una gran victoria para los reguladores. Pero el creciente número de personas que utilizan herramientas de inteligencia artificial, como el popular chatbot ChatGPT de OpenAI, ya está erosionando el dominio de Google, según fuentes, inversores y analistas.
Google ha sido durante mucho tiempo sinónimo de búsqueda, con una cuota de mercado mundial en torno al 90% y unos ingresos anuales de 175 billones de dólares. Incluso Apple, que prefiere fabricar todo el software y gran parte del hardware de sus dispositivos, ha permitido que Google sea su motor de búsqueda predeterminado a cambio de un buen precio.
Pero los días del trato preferente a cambio de una tarifa se han acabado incluso antes de que se resuelvan una serie de casos antimonopolio en los tribunales. En su incursión en la Inteligencia Artificial (IA), Apple anunció una asociación con OpenAI para llevar ChatGPT a sus próximos dispositivos. Enfatizó el carácter no exclusivo del acuerdo y habló de la posibilidad de incorporar a Google como otro socio.
Según los analistas, una sentencia en contra de Google aceleraría el avance de Apple hacia los servicios de búsqueda basados en IA si se ve obligada a poner fin a su acuerdo de búsqueda con Google.
OpenAI, respaldada por Microsoft, anunció el mes pasado que también entraba en el juego de las búsquedas con el lento lanzamiento de SearchGPT, un motor de búsqueda basado en IA con acceso en tiempo real a información de Internet.
Tanto los antiguos ejecutivos de Google como muchos analistas de Wall Street coinciden en que Google tiene la materia prima necesaria para tomar la delantera en IA: un gran modelo lingüístico para entrenar su IA y un motor de búsqueda. Pero los esfuerzos de la compañía parecen dispersos ante la embestida de OpenAI, que está atrayendo a usuarios más jóvenes.
La popularidad de la IA generativa pilló a Google por sorpresa. A pesar de ser la fuente de la investigación fundacional detrás de la tecnología, no lanzó un producto de consumo hasta mucho después de que ChatGPT se convirtiera en la aplicación de consumo de mayor crecimiento a principios del 2023.