Rodrigo Díaz M.
Un módulo de aterrizaje privado aterrizó en la Luna la semana pasada, pero sólo consiguió enviar una débil señal de vuelta, mientras los controladores de vuelo se esforzaban por establecer un mejor contacto con la primera nave espacial estadounidense que llega a la superficie lunar en más de 50 años.
A pesar de la comunicación irregular, Intuitive Machines, la empresa que construyó y gestionó la nave, llamada Odysseus, confirmó que había aterrizado en posición vertical.
Pero no dio más detalles, como si el módulo de aterrizaje había llegado a su destino previsto, cerca del polo sur de la Luna.
La empresa puso fin a la retransmisión en directo poco después de identificar una única señal débil procedente del módulo de aterrizaje.
Las últimas horas antes del aterrizaje estuvieron cargadas de tensión adicional cuando falló el sistema de navegación láser del módulo de aterrizaje.
El equipo de control de vuelo de la empresa tuvo que poner en marcha un sistema láser experimental de la NASA, y el módulo de aterrizaje dio una vuelta extra alrededor de la Luna para dar tiempo al cambio de última hora.
Una vez realizado el cambio, Odysseus descendió de una órbita lunar y se dirigió hacia la superficie, buscando un lugar relativamente llano entre los acantilados y cráteres cercanos al polo sur.
El descenso coreografiado del módulo de aterrizaje fue el primero de Estados Unidos desde 1972, cuando Gene Cernan y Harrison Schmitt, del Apolo 17, dejaron las últimas huellas de sus botas en el desolado polvo gris.
El módulo de aterrizaje de fibra de carbono y titanio, de 4,3 metros de altura, transportaba seis experimentos para la NASA.
La agencia espacial concedió a la empresa 118 millones de dólares estadounidenses para construir y hacer volar el módulo de aterrizaje, como parte de su esfuerzo por comercializar las entregas lunares antes el regreso previsto de los astronautas dentro de unos años.
El de Intuitive Machines es el último de una serie de intentos de alunizaje por parte de países y empresas privadas que quieren explorar la Luna y, si es posible, sacar provecho de ella.
Japón logró un alunizaje el mes pasado, sumándose a los triunfos anteriores de Rusia, Estados Unidos, China e India.
Una empresa de Pittsburgh, Astrobotic Technology, lo intentó el mes pasado, pero una fuga de combustible hizo que el módulo de aterrizaje se hundiera en la atmósfera terrestre y se quemara.