Rodrigo Díaz M.
Los astrónomos predicen que, dentro de cinco años y medio, un asteroide del tamaño del Empire State atravesará el espacio a 32.200 kilómetros de la Tierra, lo más cerca que un objeto celeste de ese tamaño ha estado de nuestro planeta en la historia moderna.
Cuando lo haga, se espera que una nave espacial lanzada por la NASA en el 2016 esté en posición de proporcionar un examen detallado de este raro encuentro cercano.
Se espera que la misión, dirigida por científicos de la Universidad de Arizona, aporte datos sobre la formación planetaria y conocimientos que puedan servir de base para construir un sistema de defensa contra posibles colisiones catastróficas de asteroides con la Tierra.
En el momento de su descubrimiento en el 2004, el asteroide Apofis, que recibe su nombre de una serpiente demoníaca que encarna el mal y el caos en la mitología egipcia, parecía suponer una grave amenaza de impacto para la Tierra, y los científicos pronosticaban una posible colisión en el 2029. Desde entonces, observaciones más precisas han descartado cualquier riesgo de impacto durante al menos otro siglo.
Aun así, su próxima aproximación en el 2029 situará al asteroide a un paso de la Tierra, a menos de una décima parte de la distancia que nos separa de la Luna y muy cerca de las órbitas de algunos satélites geosíncronos de la Tierra.
La nave que se dirige ahora a su encuentro con Apofis es OSIRIS-REx, que hace tres años saltó a los titulares al recoger una muestra de suelo de otro asteroide y enviarla a la Tierra en una cápsula que aterrizó en paracaídas en Utah en septiembre.
Se calcula que un asteroide tan grande pasa tan cerca de la Tierra aproximadamente una vez cada 7.500 años. El sobrevuelo de Apofis es el primer encuentro de este tipo previsto con antelación.
Es probable que la atracción de la gravedad terrestre provoque alteraciones apreciables en la superficie y el movimiento del asteroide, modificando su trayectoria orbital y su rotación. Las fuerzas de marea podrían provocar deslizamientos de tierra en Apofis y desprender rocas y partículas de polvo para crear una cola similar a la de un cometa.
La nave está preparada para observar el paso del asteroide por la Tierra a medida que se acerca a Apofis y finalmente lo alcanza. Estas imágenes y datos se combinarán con las mediciones de telescopios terrestres para detectar y cuantificar cómo se ha alterado Apofis a su paso por la Tierra.
Está previsto que OSIRIS-APEX permanezca cerca de Apofis durante 18 meses, orbitando, maniobrando a su alrededor e incluso planeando justo sobre su superficie, utilizando cohetes propulsores para levantar el material suelto y revelar lo que hay debajo.
Al igual que otros asteroides, Apofis es una reliquia del sistema solar primitivo. Su mineralogía y química no han cambiado en más de 4.500 millones de años, lo que ofrece pistas sobre el origen y desarrollo de planetas rocosos como la Tierra.
Un examen detallado de Apofis podría proporcionar a los expertos en defensa planetaria información valiosa sobre la estructura y otras propiedades de los asteroides. Cuanto más sepan los científicos sobre la composición, densidad y comportamiento orbital de estos “montones de escombros” celestes, mayores serán las posibilidades de idear estrategias eficaces de desviación de asteroides para mitigar las amenazas de impacto.