La empresa británica Rolls-Royce ha probado con éxito un motor de avión propulsado por hidrógeno, una primicia mundial en el sector de la aviación que supone un importante paso adelante para demostrar que este gas podría ser clave para la descarbonización del transporte aéreo.
En la prueba en tierra, realizada con un motor de avión regional Rolls-Royce AE 2100-A reconvertido, se utilizó hidrógeno verde generado por energía eólica y mareomotriz, según informó la empresa británica.
Rolls y EasyJet, su socio en el programa de pruebas, pretenden demostrar que el hidrógeno puede suministrar energía de forma segura y eficiente a los motores de aviones comerciales.
Ya están planeando una segunda serie de pruebas, con la ambición a largo plazo de llevar a cabo ensayos en vuelo.
El hidrógeno es una de las tecnologías competidoras que podrían ayudar a la industria aeronáutica a alcanzar su objetivo de reducir a cero sus emisiones netas para el 2050.
El fabricante de aviones Airbus ha colaborado con el fabricante de motores estadounidense CFM International para probar la tecnología de propulsión por hidrógeno.
En febrero dijo que tenía previsto instalar una versión especialmente adaptada de un motor de la generación actual en la parte trasera de un avión de pruebas Superjumbo A380.
Sin embargo, el fabricante de aviones comunicó a la Unión Europea en el 2021 que la mayoría de los aviones de pasajeros utilizarán motores a reacción tradicionales al menos hasta el 2050.
El cambio a los motores de hidrógeno exigiría un rediseño completo de los fuselajes y la infraestructura de los aeropuertos.
Eric Schulz, director ejecutivo de SHZ Consulting, declaró que los cambios de diseño son tan importantes que se necesitaría más de una generación de aviones para conseguirlo.
Otras tecnologías respaldadas por empresas como Rolls-Royce son los motores eléctricos, adecuados inicialmente para vuelos cortos, y el combustible de aviación sostenible (SAF).
Los motores que ya están en servicio pueden utilizar una mezcla de SAF y combustibles convencionales, pero actualmente sólo se produce en niveles minúsculos.
Con el tiempo podría producirse combinando carbono capturado del aire con hidrógeno verde, pero el proceso requiere mucha energía y aún no está disponible a gran escala.