Por Raúl A. Pinto
Sin que nadie lo pidiera, pero también sin que tengamos queja alguna, la precuela de la saga de películas “Depredador” ha sido estrenada. “Prey” nos lleva algunos siglos atrás para contarnos que el voraz alienígena había llegado al continente americano casi al mismo tiempo que los colonizadores; bueno, más o menos.
El pueblo aborigen Comanche descubre rápidamente que una criatura extraña y poderosa los rodea, y usan sus instintos, espiritualidad y técnicas milenarias para enfrentarla; especialmente, seguimos a Naru, una niña valiente y aguerrida, investigando y hurgando la criatura para proteger a su tribu.
El director Dan Trachtenberg se encuentra en su mejor momento, y a pesar que aquí no alcanza los mismos niveles de genialidad de su cinta debut “10 Cloverfield Lane”, ni del episodio piloto de la serie “The Boys”, que dirigió para Amazon Prime, se consagra como un verdadero artista, balanceando muy bien los problemas que Naru tiene con la tribu, su hermano, la naturaleza, los colonizadores y el extraterrestre en cuestión, todos ellos “entes” sofisticados y terroríficos en sí mismos.
Se agradece también el dotar al Depredador de detalles que profundizan su actitud y sus motivaciones animales. Y encima de todo, entregarnos una historia en el contexto de una nación aborigen norteamericana es un gran acierto. Disponible en Disney Plus.
En un verano de películas tremendamente originales como Nope y Everything, Everyone, All at Once, el cine independiente estadounidense trae menos presupuesto, menos efectos especiales, pero la misma cantidad de ingenio. Estoy hablando específicamente de “I Love My Dad”, cinta dirigida por el también protagonista James Morosini.
En una comedia arriesgada que roza la vergüenza ajena sin ser vulgar, y que no deja de hacer reír, de indignar y de incluso emocionar, se nos cuenta la historia de un padre semi ausente, un hijo con problemas serios de salud mental y… una mujer imaginaria. Creada por su papá. Para poder reconectarse con su hijo.
Y el hijo se termina enamorando de ella. Un lío gigantesco. Lo mejor de esta historia es que Morosini nos deja empatizar con el padre, pero al mismo tiempo nos deja odiarlo: hacerse pasar por otra persona es al mismo tiempo, un acto horrible y hasta un delito (el padre usa fotografías de una bella mesera que conoció para engatusar a su hijo), pero de alguna manera queremos que todo salga bien, y que ambos se reconecten y se perdonen.
El padre ha fallado constantemente a su único retoño a través de mentiras y engaños, y su hijo ha tenido intentos suicidas debido a la familia disfuncional donde creció. ¿Que pasará?. A pesar que el clímax de la cinta es tan incomodo como se pueden imaginar, el genial Patton Oswalt, en el papel del papá, nos entrega una actuación llena de humanidad, que nos recuerda que la vida esta llena de errores y horrores, consecuencias para lo bueno y lo malo, y es eso, precisamente, lo que hace que la vida sea vida. Distribuida en Canadá por Mongrel Media. Disponible en salas.
Y de forma especial, este fin de semana habrá una exhibición en la gran pantalla del clásico de William Wyler ”Roman Holiday”. Conocida en español como “Vacaciones en Roma”, o “La princesa que quería vivir”, esta obra maestra de 1953 supuso el debut, estrellato instantáneo y premio Oscar a la mejor actriz para Audrey Hepburn, como la alteza real europea que decide escapar de su hotel en Italia y explorar la città aperta por una noche.
Un periodista bohemio (Gregory Peck) sigue y enamora a la ingenua princesa, con la idea de escribir un reportaje sobre ella, enamorándose el mismo en el camino. La mayor genialidad de Wyler es elevar la trama, llevando una simple screwball comedy a una emotiva examinación de la verdadera naturaleza del amor, además de presentar a un maravilloso Eddie Albert en un papel pequeño que ejecuta tan brillantemente que amplía la dimensión de la historia más allá de la típica pareja romanticona de las típicas películas de la época. Si yo fuera usted la iría a ver.Sábado 13 de agosto, 4 PM, en el Revue Cinema, 400 Roncesvalles Ave, Toronto.