Rodrigo Díaz M.
Los habitantes de Canadá reciben el nuevo año con optimismo después de unos últimos 12 meses difíciles en los que la pandemia del COVID-19 ha seguido afectando a la vida física, mental y económica de las personas.
Según una nueva encuesta, realizada por Ipsos para Global News, el 67% de los encuestados se siente en general optimista con respecto a este año 2022, a pesar de las preocupaciones por su bienestar financiero, tras un año en el que la inflación del país se disparó hasta su tasa más alta en casi dos décadas y el coste de la vida siguió aumentando.
Por otro lado, menos de la mitad (46%) de los encuestados se encontraron de acuerdo en que el año pasado fue mejor de lo que pensaban, mientras que el 54% estaba en desacuerdo.
El bienestar financiero es uno de los principales temas que los canadienses tienen en mente para este año.
Aunque dos tercios califican positivamente su situación financiera actual (igual que en 2020), menos participantes (14%) se sienten financieramente seguros en comparación con diciembre de 2020.
El hallazgo se produce cuando la inflación alcanzó en octubre su tasa más alta desde 2003 (4,7%), impulsada por los altos precios de la gasolina, el aumento de los costes de la vivienda y la subida de los precios de los alimentos.
La escalada de los costes ha obligado a los consumidores de todas las edades, ingresos y credos políticos a gastar más para llenar sus depósitos y carros en el supermercado.
En este sentido, cuatro de cada diez encuestados (41%) afirman que harán cambios en sus presupuestos, y casi la mitad (48%) se proponen saldar sus deudas.
Además de los objetivos financieros, el 48% de los habitantes en Canadá afirma que tomaría una resolución sobre su salud física y el 37% quiere mejorar su salud mental.
Según una encuesta reciente de Lifeworks, uno de cada cuatro canadienses que trabajan indicó que su vida personal y laboral ha empeorado desde la pandemia.
En noviembre de 2021, el índice mensual de salud mental de LifeWorks se mantenía 10 puntos por debajo de los niveles anteriores a la crisis. Una encuesta anterior de Ipsos de mayo encontró que el 50% encuestados estaban en “alto riesgo”, lo que significa que han experimentado alguna combinación de estrés debilitante, depresión y consideración de suicidio o autolesión.