Rodrigo Díaz M.
Hace poco menos de un año, los diputados de Ontario votaron a favor de poner fin a la práctica bianual de cambiar los relojes una hora hacia adelante o una hora hacia atrás, sin embargo, estaba supeditado a que el gobierno de Quebec y el estado de Nueva York aprobaran leyes similares.
La propuesta fue presentada por primera vez por el diputado del Partido Conservador de Ottawa West-Nepean, Jeremy Roberts, en octubre de 2020.
Roberts dijo que ha visto algunas “señales prometedoras”, y añadió que se ha puesto en contacto con el premier de Quebec, François Legault, y con la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul.
Legault ha dicho en una rueda de prensa que está abierto a la idea y, aunque Roberts no ha recibido respuesta de Hochul, el diputado dijo que un senador del estado de Nueva York ha presentado una legislación similar.
La aplicación depende tanto de Quebec como del estado de Nueva York para que Ontario lo haga de forma “responsable”.
“En lo que respecta al estado de Nueva York, nos beneficiamos por estar en la misma zona horaria que el mercado de la ciudad de Nueva York, además de que hay una tonelada de comercio transfronterizo, por lo que no queremos hacer nada que lo perturbe”, dijo Roberts.
En cuanto a Quebec, la situación implica a Ottawa y al gobierno federal.
“La mitad del gobierno federal está en Ottawa y la otra mitad está al otro lado del río, en Gatineau, así que, si siguiéramos adelante y lo hiciéramos sin Quebec, tendríamos una situación extraña en la que la mitad del gobierno federal estaría trabajando en un momento y la otra mitad en otro”.
Varios estudios académicos indican que el cambio de hora es malo para nuestra salud. Se ha relacionado con ataques al corazón, derrames cerebrales, accidentes de tráfico mortales y menos productividad en el trabajo.