Kelly Arévalo
Toronto, Canadá
La crisis generada por la pandemia del COVID-19 ha creado situaciones y realidades complejas, difíciles de enfrentar, las cuales hemos ido superando con muchos sacrificios, aprendizajes y adaptaciones.
Al inicio de la pandemia escuchamos a expertos en salud mundial decir que seguramente íbamos a enfrentar una segunda ola de contagios, esto lo aseguraban al revisar los antecedentes históricos de las grandes pandemias sufridas por la humanidad. Pocos se atrevieron a pronosticar, de manera pública, que íbamos a tener que enfrentar no solamente una segunda, sino una tercera y muy probablemente una cuarta ola, debido al rápido surgimiento y propagación de nuevas variantes del virus.
El impacto de la pandemia ha sacudido todos los ámbitos de nuestras sociedades, económico, social y político. Sin embargo, cómo en toda crisis, simultáneamente al dolor y sufrimiento que esta genera, también crea graves desequilibrios. Por un lado abre oportunidades pero también amplía desigualdades y golpea con mayor fuerza a poblaciones históricamente marginadas y excluidas.
Durante la pandemia las grandes empresas han aprovechado el uso del Big Data y de nuevas tecnologías para modificar sus cadenas de producción y venta, adaptándose rápidamente a los mercados en emergencia sanitaria y muchas de ellas han acumulado en poquísimo tiempo ganancias históricas.
A nivel individual o personal, ante los riesgos y la incertidumbre generada por la pandemia hemos tenido que aprender muchas cosas nuevas y adaptarnos de una manera acelerada, practicando diferentes rutinas y hábitos que van desde usar correctamente las mascarillas y practicar el distanciamiento social, hasta adaptarnos a estudiar o trabajar desde la casa, o hacerlo bajo estrictos protocolos de bioseguridad.
La vida nos cambió de golpe y cómo me dijo muy acertadamente una amiga hace unos meses “las cosas han cambiado y no podemos seguir haciéndolas de la misma manera”.
Ante la incertidumbre provocada por la pandemia el reto que tenemos ahora es saber tomar las mejores decisiones que nos ayuden no solo a salir adelante de la crisis actual sino también que nos permitan poder desarrollarnos plenamente en los tiempos de post pandemia.
Este puede ser el tiempo oportuno para iniciar o diversificar un emprendimiento comercial, actualizar credenciales académicas, tomar un programa de formación técnica o profesional, aprender uso de nuevas herramientas tecnológicas, aprender otro idioma o mejorar el dominio del Inglés o Francés.
Tomar buenas decisiones en tiempos de incertidumbre
Este tiempo excepcional que estamos viviendo tiene que servirnos para replantearnos y ponernos nuevas metas en nuestras vidas.
Los temores y las presiones con las que hemos tenido que convivir durante todo este tiempo tienen que hacernos reflexionar sobre el presente y futuro, revisar y hacer cambios en nuestras actitudes y disposición ante los desafíos y oportunidades de la vida.
Las adaptaciones y aprendizaje al que hemos sido sometido de una forma acelerada durante la pandemia han desencadenado un torrente de creatividad, inventiva, resiliencia, individual y colectiva.
Es un tiempo oportuno para imaginarnos un nuevo comienzo después de la pandemia, y este es el momento preciso para construirlo día a día.
No se trata de partir de cero o de un borrón y cuenta nueva como diceesa frase que ocupamos los latinos cuando queremos cerrar un capítulo luego de un evento fuerte o de malas experiencias en nuestras vidas.
Cuando hablamos de “replantearnos” es tomar la decisión de aprender o hacer algo nuevo sobre la base de lo que hemos construido a lo largo de nuestras vidas.
No existe un “mejor momento” para asumir nuevos retos en la vida, sino es cuándo lo decidimos o cuándo las circunstancias nos obligan a hacerlo. Para muchos la pandemia no nos dejó opción, es como estar en un maratón, nos caemos, nos levantamos y seguimos.
Los eventos de gran impacto nos llevan a resetearnos, no comenzar a hacerlo puede afectar el bienestar emocional y limitar oportunidades de crecimiento personal.
No importa la edad para iniciar estos cambios positivos para nuestras vidas. La neurociencia ha aportado mucha evidencia sobre plasticidad cerebral y de aprendizaje en todas las personas, esto nos permite una alta capacidad de adaptación a entornos cambiables, modificar hábitos, aprender nuevas cosas.
Podemos replantearnos cosas grandes o pequeñas.
En mi opinión lo más importante ahora es hacer los cambios necesarios para cuidar la salud y el bienestar emocional.
Para planificar y poder tomar buenas decisiones en los retos que vamos a asumir, ya sean éstos en lo laboral, académico, emprendimiento personal, u otros, debemos buscar la palabra y el apoyo de amistades y familia, hay que perder el miedo a preguntar, a pedir una opinión. Evitemos tomar decisiones apresuradas, al final estamos hablando de una estrategia y de un plan de vida.