Rodrigo Díaz M.
Un innovador barco de carga, equipado con gigantescas velas rígidas de diseño británico, ha emprendido su viaje inaugural.
La empresa naviera Cargill, que ha fletado el buque, espera que esta tecnología ayude a la industria a trazar el rumbo hacia un futuro más ecológico.
Las velas WindWings están diseñadas para reducir el consumo de combustible y, por tanto, la huella de carbono del transporte marítimo.
Se calcula que el sector es responsable del 2,1% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2).
El viaje inaugural del Pyxis Ocean, de China a Brasil, supondrá la primera prueba real de las WindWings, y una oportunidad para evaluar si el regreso a la forma tradicional de propulsar los buques podría ser el camino a seguir para el transporte marítimo de mercancías.
Las alas se pliegan cuando el buque está en puerto y se abren cuando está en mar abierto. Tienen una altura de 37,5 metros y están construidas con el mismo material que las turbinas eólicas para que sean duraderas.
Al permitir que un buque sea impulsado por el viento, en lugar de depender únicamente de su motor, se espera reducir en un 30% las emisiones de un carguero a lo largo de su vida útil.
Jan Dieleman, presidente de Cargill Ocean Transportation, afirmó que el sector se encuentra en un “viaje hacia la descarbonización” y admitió que “no hay una solución milagrosa”, pero afirmó que esta tecnología demuestra lo rápido que están cambiando las cosas.
Los expertos afirman que la energía eólica es un campo prometedor, ya que el sector naval intenta reducir los 837 millones de toneladas de CO2 que produce cada año.
Los nuevos combustibles más limpios tardarán en aparecer, por lo que las empresas del sector naviero están haciendo todo lo posible por aplicar medidas operativas a los buques existentes, como equiparlos con velas, cometas y rotores.
La tecnología eólica podría no ser adecuada para todos los buques, por ejemplo, cuando las velas interfieren en la descarga de contenedores.
El sector del transporte marítimo aún no tiene una vía clara de descarbonización y, dada la magnitud del reto y la diversidad de la flota marítima mundial, es poco probable que haya una solución única para el sector a corto o medio plazo, pero este es definitivamente un gran paso hacia adelante.