Rodrigo Díaz M.
Los gigantes tecnológicos extranjeros deberán pagar un impuesto del 3% sobre los ingresos de los usuarios canadienses, con efecto retroactivo al 2022, después de que el gobierno federal promulgara la medida mediante una ordenanza a finales del mes pasado.
Muchas de esas grandes empresas tienen su sede en Estados Unidos y el gobierno estadounidense y las comunidades empresariales de ambos lados de la frontera han pedido a Ottawa que detenga la medida.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos dijo previamente que hará lo necesario para detener el impuesto de Canadá a las grandes empresas extranjeras de servicios digitales, mientras que un grupo que representa a gigantes como Amazon, Apple y Uber, pidió al presidente Joe Biden que tome medidas formales en virtud del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.
El gobierno liberal prometió el impuesto como parte de su programa electoral para el 2019. Los conservadores y los nuevos demócratas habían propuesto impuestos similares. Los liberales habían retrasado su aplicación en medio de los esfuerzos mundiales para construir un plan fiscal más amplio e internacional.
Chrystia Freeland, vice-primera ministra y ministra federal de finanzas afirmó que Canadá ha actuado en colaboración con Estados Unidos y que sigue dialogando con este país sobre este asunto.
El nuevo impuesto podría reportar miles de millones de dólares a Canadá. Pero como es retroactivo al 1 de enero del 2022, eso significa que obtener el dinero es cuestión de revisar miles de millones o quizás incluso billones de transacciones de cada anuncio que ha aparecido en Google en Canadá.
No sorprendería que las empresas tecnológicas contrarresten el tener que pagar este nuevo impuesto aumentando el precio de las suscripciones digitales, sobre todo en los servicios de streaming.