Rodrigo Díaz M.
Los países bálticos de Estonia, Letonia y Lituania se han desconectado de la red eléctrica de Rusia y se han unido a la red de la Unión Europea (UE).
Los planes para el traslado, que se llevan gestando desde el 2007, se consideraban esenciales para la seguridad europea y se habían adelantado tras la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania en el 2022.
“Hoy se hace historia”, declaró la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, en una ceremonia celebrada en la capital de Lituania. “Esto es libertad, libertad de amenazas, libertad de chantaje”.
El presidente polaco, Andrzej Duda, lo elogió como un “momento verdaderamente simbólico” que haría que la región fuera “más segura y resistente”. “Es el paso final hacia la emancipación de la esfera de dependencia postsoviética”, añadió.
El ministro de energía de Ucrania, German Galushchenko, lo calificó como un “evento significativo para toda Europa”.
La denominada red eléctrica Brell, que son las siglas de Bielorrusia, Rusia, Estonia, Letonia y Lituania, está controlada casi en su totalidad por Moscú y se ha considerado durante mucho tiempo una vulnerabilidad para los tres Estados bálticos.
Los miembros de la OTAN, no han comprado electricidad a Rusia desde el 2022, pero su conexión a la red Brell los dejó dependientes de Moscú para el flujo de energía.
En los últimos 18 meses, al menos 11 cables que discurren bajo el mar Báltico han resultado dañados. En un caso reciente, un barco de la “flota fantasma” rusa de petroleros fue acusado de dañar el principal enlace eléctrico de Estonia en el golfo de Finlandia. El Kremlin se negó a hacer comentarios.
La OTAN no ha acusado directamente a Rusia, pero ha respondido lanzando una nueva misión de patrulla de la región llamada Baltic Sentry.
En total, se invirtieron alrededor de 1.6 billones de euros en el proyecto para transferir a las tres naciones a la red de la UE, con fondos proporcionados en gran parte por la UE.
La transición se llevó a cabo en dos días, con tres naciones desconectándose de la red rusa el sábado por la mañana, funcionando como una “isla energética” durante unas 24 horas, y conectándose a la red de la UE el domingo.