Rodrigo Díaz M.
Un nuevo estudio realizado con datos canadienses sugiere que la variante Delta del virus COVID-19 causa afecciones más grave y está asociada a un mayor riesgo de muerte en comparación con las cepas anteriores, peligros que se reducen drásticamente con la vacunación.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Toronto y publicado en el Canadian Medical Association Journal, analizó más de 212 mil casos de COVID-19 notificados en Ontario entre el 7 de febrero y el 27 de junio de 2021.
Los datos muestran que aquellos que se contagiaran con la variante Alfa, que impulsó la tercera ola de la pandemia en la provincia a principios de la primavera, o las variantes Beta o Gamma, tenían un 52% más de probabilidades de ser hospitalizados, un 89% más de necesitar cuidados intensivos y un 51% más de probabilidades de morir a causa de la infección que los que contrajeron la versión del virus de principios de 2020.
Entre los casos de Delta, encontraron un 108% más de riesgo de hospitalización, un 235% más de riesgo de ingreso en la UCI y un 133% más de riesgo de muerte en comparación con la cepa original del virus.
Algunas de las conclusiones se hacen eco de los resultados de investigaciones anteriores publicadas en todo el mundo, pero el coautor del estudio, David Fisman, cree que el estudio es el primer análisis a gran escala que incluye datos canadienses.
El profesor de epidemiología de la Universidad de Toronto explicó que eso podría ser un factor importante para que algunos consideren con más fuerza el riesgo que conlleva el Delta y se vacunen.
“El hallazgo coincide con lo que nos dicen los intensivistas, que es que la gente llega al hospital mucho más enferma ahora que hace un año, pero verlo en las cifras fue inicialmente bastante sorprendente”, dijo Fisman.
“Espero que al ver que éste es realmente un virus más peligroso que hace un año, quizá eso motive a algunas personas que aún se resisten a vacunarse”.
El estudio descubrió que las personas infectadas con variantes preocupantes eran significativamente más jóvenes y tenían menos probabilidades de padecer comorbilidades que aquellas con infecciones no variantes, mientras que el mayor riesgo de resultados adversos persistía incluso después de que los investigadores ajustaran la data por edad, sexo, comorbilidades y otros factores.
Pero los investigadores también examinaron la eficacia de la vacuna, que atenuó la gravedad de las variantes al reducir el riesgo de enfermedad grave y muerte en las personas parcial y totalmente vacunadas.
Fisman dijo que una de las principales razones por las que la variante Delta no arrasó en Canadá de la misma manera que lo hizo en la India fue porque la variante surgió aquí justo cuando las vacunaciones se estaban intensificando.
Sin embargo, Fisman dijo que la variante Delta representa un gran riesgo, especialmente para los no vacunados que ahora constituyen la gran mayoría de los casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en Canadá y en otras partes del mundo.
Casi el 77% de los casos analizados en el estudio, que finalizó antes de que Delta se impusiera firmemente en el número de casos de Ontario, eran de las variantes Alfa, Beta o Gamma, mientras que el 2,8% se clasificó como “probables infecciones Delta”. Aproximadamente el 22% estaban infectados con variantes diferentes a la Delta.
Fisman y su equipo descubrieron que la variante Delta estaba presente en Ontario desde abril de 2021 y se convirtió en la cepa dominante durante julio.