Rodrigo Díaz M.
Según un nuevo estudio publicado esta semana, tanto la vacuna de Pfizer-BioNTech como la de Moderna han desencadenado una respuesta del sistema inmunitario que probablemente ofrece una protección más duradera contra el COVID-19.
Los resultados, publicados en la revista Nature, añaden más pruebas a la idea de que las personas inmunizadas con vacunas ARNm pueden necesitar menos refuerzos, o incluso ninguno, después de haber recibido sus dos vacunas.
Según el estudio, estas vacunas basadas en ARNm crean una respuesta de las células B del centro germinal más persistente, lo que significa esencialmente que la respuesta inmunitaria de una persona sería mucho más fuerte y duradera.
“Los centros germinales son la clave de una respuesta inmunitaria persistente y protectora”, explicó el autor principal del estudio, el Dr. Ali Ellebedy, en un comunicado de prensa.
Ellebedy, que también es profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, dijo que en estos centros es donde se forman “nuestras memorias inmunológicas” y que cuanto más tiempo los tengamos, más duradera será nuestra inmunidad debido a un “proceso de selección feroz” que tiene lugar allí.
Si bien tanto Pfizer como Moderna han afirmado anteriormente que es probable que se necesiten vacunas de refuerzo anuales, los resultados se producen en medio de la creciente evidencia de la eficacia y la longevidad de las vacunas de ARNm para proteger contra el COVID-19, sin necesidad de un refuerzo.
Según un experto, los resultados del estudio aportan “pruebas tentadoras” de que tal vez no sea necesario administrar dosis de refuerzo de la vacuna con regularidad, pero no le parece realmente sorprendente.
El Dr. Gerald Evans, presidente de la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Queen, dijo que hay pruebas que sugieren que la “inmunidad protectora” de contraer un coronavirus, como el resfriado común, podría durar décadas.
Varios investigadores han sugerido anteriormente que las personas que se han recuperado del COVID-19 antes de recibir una vacuna podrían no necesitar un refuerzo debido a una mayor presencia de anticuerpos en su sistema inmunitario contra el virus.
“Así que no es sorprendente que las vacunas induzcan estas profundas respuestas inmunológicas, que parecen ser probablemente prolongadas, a la vacuna”, dijo Evans.
Sin embargo, según Evans, cualquier otro cambio o mutación del virus que causa la COVID-19 podría impedir o dificultar lo que se supone que debe hacer la vacuna.
Tal es el caso de varias variantes preocupantes como la variante Beta, que parece ser más resistente a los efectos de las vacunas.
Sin embargo, la ventaja de estas variantes, según Evans, es la tecnología que hay detrás de las vacunas de Pfizer y Moderna.
Las vacunas de ARNm pueden modificarse rápidamente, en unas seis semanas, para tener en cuenta la protección contra cualquier variante nueva o “emergente”.