La separación y la incertidumbre han causado una importante crisis de salud mental entre los individuos afectados.
Rodrigo Díaz M.
Miembros de la familia separados, residentes permanentes aprobados que no pueden viajar al Canadá y otros están hablando en la Cámara de los Comunes como testigos en un estudio sobre la inmigración canadiense.
El Comité Permanente de Ciudadanía e Inmigración del Canadá está llevando a cabo un estudio que examinará el impacto de la pandemia del COVID-19 en el sistema de inmigración canadiense en el curso de no más de ocho sesiones.
Una vez que el estudio haya finalizado, el comité informará sus conclusiones a la Cámara. El gobierno tiene 120 días para presentar una respuesta integral, sin embargo, no están obligados a hacer ningún cambio en la política.
Entre otros hallazgos tempranos, la salud mental de los inmigrantes y sus familiares canadienses fue examinada en dos escenarios relacionados con la separación familiar.
Faces of Advocacy es una organización de base establecida para reunir a las familias en Canadá durante las restricciones de viaje del COVID-19. Dicen que son directamente responsables de la exención de los miembros de la familia ampliada, que se anunció el 2 de octubre.
El grupo indexó la salud mental de 1.200 miembros a finales de agosto. Utilizaron escalas validadas de calificación de salud mental para la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático de los participantes.
Los resultados no son diagnósticos, pero ofrecen un vistazo a los efectos en la salud mental que han resultado de las restricciones de viaje.
A pesar de que el 49% de los encuestados informaron de que nunca se les había diagnosticado una enfermedad mental, poco más del 69% daría positivo en los exámenes para detectar síntomas de depresión clínica.
Además, el 16% de los encuestados tenía antecedentes de autolesiones o pensamientos suicidas antes de las restricciones de viaje, pero después de la separación de la familia esto casi se duplicó hasta el 30%.
Durante la pandemia se estableció el programa “Spousal Sponsorship Advocates”. Se trata de otro movimiento de base, creado para abogar por la reunificación acelerada de las familias con solicitudes de patrocinio conyugal en curso en el Canadá.
En su encuesta se obtuvieron resultados de la salud mental de 548 encuestados, que habían estado separados de su familia durante meses o incluso años:
- El 18% tenía pensamientos suicidas.
- El 22% tuvo que dejar de trabajar.
- El 70% tenía ansiedad y el 44% ansiedad generalizada.
- El 35% comenzó a tener ataques de pánico.
- El 78% tenía períodos de depresión grave.
- El 76% tenía una pérdida grave de energía.
- El 52% aumentó o perdió peso de manera anormal.
- El 85% tenía problemas para dormir.
También se mencionó el estado mental de los titulares de la confirmación de residencia permanente. Se trata de personas a las que se les aprobó la residencia permanente, pero que no han podido viajar a Canadá antes de que expiraran sus documentos.
Por consiguiente, muchos no pueden venir a Canadá sin una carta de autorización del Ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía del Canadá, y ya han puesto en marcha de nuevo sus vidas en sus países de origen.