Rodrigo Díaz M.
Los tunecinos se dirigieron a las urnas el lunes para votar por una nueva constitución, una controvertida iniciativa encabezada por el presidente tunecino Kais Saied que, según los críticos, formalizará su toma de poder y revertirá los avances democráticos conseguidos con tanto esfuerzo en la nación norteafricana.
El referéndum del lunes marca un año del día en que Saied congeló el parlamento de Túnez y destituyó a su gobierno, una medida ridiculizada por los críticos como “un golpe de estado”, pero celebrada por los tunecinos que se habían exasperado con las élites políticas del país y los años de estancamiento económico.
En el año transcurrido desde entonces, Saied se ha dado a sí mismo el poder de gobernar por decreto y ha despedido a docenas de jueces, decisiones que han provocado una serie de protestas.
La nueva constitución otorga al cargo de presidente todos los poderes ejecutivos y elimina los principales controles y equilibrios. El poder del poder judicial y del parlamento de Túnez se vería muy reducido.
Los críticos advierten que la nueva estructura política de Saied podría allanar el camino hacia una nueva autocracia en el país que se levantó contra el anterior hombre fuerte autocrático Zine El Abidine Ben Ali en 2011 y que dio inicio a las protestas prodemocráticas de la Primavera Árabe. Túnez es la única nación que ha salido en democracia de esas protestas.
Saied argumenta que los cambios son necesarios para eliminar la corrupción y “devolver a la nación a la senda revolucionaria” y ha instado a los tunecinos a respaldar la propuesta, a pesar de que las normas electorales exigen que se mantenga neutral.
A pesar de que más del 90% de votos fueron a favor de otorgarle más poderes al presidente (según los resultados preliminares más recientes), solo el 27.5% de la población electoral acudió a las urnas. Se espera que los resultados finales se anuncien el 28 de agosto.
Los partidarios de Saied creen que la nueva constitución pondrá fin a años de estancamiento político, pero la propuesta de constitución ha dividido a la oposición tunecina.
Sólo un partido, Afek Tounes, votaron en contra de la propuesta. La mayoría de los partidos políticos, incluido el influyente partido islamista tunecino Ennahdha, dicen que planean boicotear el referéndum del lunes para no ilegitimar el proceso.