El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, mostraron hoy su voluntad de trabajar juntos y tender “puentes” para mejorar el comercio bilateral, al tiempo que quedaron claras sus profundas diferencias sobre inmigración y acogida de refugiados.
Los dos líderes mantuvieron su primera reunión bilateral desde que Trump asumió la Presidencia de EE.UU. el pasado 20 de enero y después ofrecieron una rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que a ambos se les notó algo incómodos y que no contuvo muchos detalles sobre cómo y en qué van a cooperar en los próximos meses.
Lo único que anticipó Trump, en respuesta a una pregunta sobre su promesa de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado por los dos países junto con México hace más de 20 años, es que el comercio con Canadá es “espectacular” y que únicamente lo “retocará”.
“Tenemos una relación de comercio espectacular con Canadá. Vamos a retocarla, haremos ciertas cosas que van a beneficiar a nuestros dos países. Es una situación mucho menos grave que lo que ha ocurrido en la frontera sur”, afirmó Trump.
En el caso de México, el mandatario cree que “la transacción (comercial) ha sido extremadamente injusta” para EE.UU. durante años.
“Vamos a trabajar con México, vamos a hacer que sea un trato justo para ambas partes. Creo que vamos a llevarnos muy bien con México”, añadió Trump, quien subrayó que se encargará de que “todo el mundo esté contento”.
En Canadá, tanto conservadores como liberales consideran que el TLCAN, puesto en vigor en 1994, ha sido clave para el bienestar del país al multiplicar las relaciones comerciales entre Ottawa y Washington hasta convertirlos en los dos mayores socios comerciales del mundo.
Y hoy Trudeau enfatizó durante la conferencia de prensa que “millones de buenos empleos de clase media en ambos lados de la frontera dependen” de esa relación comercial.
La posible renegociación del TLCAN “es una verdadera preocupación para muchos canadienses, porque sabemos que nuestra economía depende mucho de nuestros vínculos, nuestra relación con Estados Unidos”, apuntó el primer ministro.
Por otro lado, Trudeau quiso dejar claro que no va a dar “lecciones” a Trump sobre políticas de inmigración y seguridad, pero a la vez remarcó que Canadá mantendrá su espíritu de “apertura hacia los refugiados”.
El primer ministro destacó que Canadá ha recibido a más de 40.000 refugiados de la guerra civil siria sin comprometer la seguridad nacional, lo que contrasta con la reciente orden migratoria de Trump.
Esa orden, bloqueada temporalmente por un tribunal federal de apelaciones, suspendía durante 120 días el programa de acogida de refugiados de EE.UU. y detenía por 90 días la emisión de visados a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana con historial de terrorismo.
Al justificar de nuevo esa medida, Trump dijo hoy que no va a “dejar que entren las personas equivocadas” a Estados Unidos.
El mandatario estadounidense aseguró incluso que está siendo “alabado” por su postura en inmigración y que va a hacer una revaluación de la política de asilo que, a su juicio, va “a hacer a la gente muy feliz”.
De acuerdo con Trump, su orden ejecutiva es una promesa electoral para “capturar a los criminales, a los malos criminales, con historial de abusos y problemas, y echarlos”.
Tanto Trump como Trudeau subrayaron la relevancia de los lazos bilaterales, durante la rueda de prensa y en comunicado conjunto en el que aseguran que no hay otros dos países “que compartan unas relaciones más profundas o amplias que Canadá y Estados Unidos”.
Trudeau reconoció, no obstante, que las relaciones bilaterales son “bastante complejas” y que no siempre va a estar de acuerdo en todo con Trump.
Pero “no lo duden”, Canadá y Estados Unidos “siempre seguirán siendo los socios más esenciales uno para el otro”, apuntó a continuación.
Como resultado de las reuniones celebradas hoy en la Casa Blanca, los dos gobiernos anunciaron la creación de un comité bilateral que abordará los desafíos de las mujeres en el ámbito laboral y cómo aumentar su participación en la economía.
Por otro lado, Trudeau regaló a Trump una fotografía de 1981 en la que el ahora presidente estadounidense aparece junto a su padre, Pierre Trudeau, quien era entonces primer ministro de Canadá.
Trump y Trudeau se muestran unidos sobre el comercio y divididos en inmigración
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